Fuentes cercanas a una ex fiscal de la Isla de la Juventud, identificada como María de los Ángeles Serrano Rodríguez, revelaron a este redactor que en medio de la pobreza más absoluta en que ha vivido toda una vida su familia y ella, y a pesar de «su pasado comprometido», esta mujer decidió marcharse del país, Cuba, a pesar también de la edad, y con todas las cábalas en contra para recomenzar una vida de nuevo.
También de la Isla de la Juventud se habría marchado recientemente, rumbo a los Estados Unidos, Arelys Casañola Quintana, quien fue la primera mujer presidenta de la Asamblea Municipal del Poder Popular en Isla de la Juventud. Casañola Quintana, a diferencia de Serrano Rodríguez tiene un historial de militancia en el Partido Comunista de Cuba y en la Federación de Mujeres Cubanas, entre otras organizaciones políticas del país.
María de los Ángeles Serrano Rodríguez y Arelys Casañola Quintana son parte de ese inmenso grupo de cubanos que, en medio de una crisis económica cada vez más profunda en Cuba, buscan desesperadamente formas de migrar de la isla, con la mayoría de ellos dirigiéndose hacia los Estados Unidos.
Una nota publicada por la agencia Reuters y compartida por Yahoo News, señala que «el aeropuerto de La Habana está lleno de quienes intentan irse».
El medio expone que, aunque los Estados Unidos ha aumentado las vías de migración legal, son muchos cubanos los que no pueden permitirse el lujo de presentar la solicitud o no están dispuestos a esperar, y optan por viajar a Nicaragua, un país que no exige visas a los cubanos, y que se ha convertido en un popular punto de tránsito.
Los funcionarios estadounidenses expresan cada vez más preocupación por el aumento de la migración irregular y advierten sobre las consecuencias para quienes la facilitan, pero dentro de la isla la situación está cada vez peor; incluso peor de lo que se dice.
Así lo relata Don Adriano Valagussa, ex párroco de Cassago, en Italia, quien desde 2017 vive en la isla como misionero.
El clérigo plantea que Cuba enfrenta un severo déficit energético y escasez de alimentos, forzando a la población a racionar lo poco que tienen.
La pobreza alcanza niveles alarmantes, reconocidos oficialmente por el gobierno, una escasez a la que ni siquiera ha escapado Adriano Valagussa, quien afirma haber experimentado estas dificultades de primera mano, con cortes de electricidad y falta de suministros básicos incluso en hospitales.
Otros, como un médico cubano que ejercía en la misión en Cabo Verde han decidido quedarse y no regresar al país; mientras que otros profesionales, profesores universitarios, incluso rectores, han agarrado un curso a una Universidad en el extranjero y también han optado por lo mismo: no retornar al país.
Tampoco decidieron regresar, al menos cuatro periodistas que salieron «a superarse», y la superación fue tanta que decidieron no retornar para poner en práctica lo aprendido en el extranjero.
De ellos, de todos ellos, tal vez hablemos en próximos artículos.
