Desde Bayamo, Granma, un antiguo colaborador de Cubacomenta y «debutante» en Cuballama Noticias afirma que la publicitada Feria comercial por fin de año en Granma, al menos en Bayamo fue «una matazón por cuatro latas, par de pomos, un paquete de no-sé-qué y pedazo de puerco.»
«Eso, el que alcanzó puerco, porque era tan poquito…,» afirma desde Bayamo un amigo de hace 35 años.
Sin embargo, la prensa oficialista ponderaba ambos eventos. El de Bayamo y el de Manzanillo.
El miembro del Comité Central y primer secretario del Partido en Granma, Federico Hernández Hernández, reconocido como el dirigente cubano con la barriga más pronunciada dentro de los máximos dirigentes provinciales cubanos dijo que el propósito tras la realización de la Feria en el territorio es «reconocer el esfuerzo y decisivo aporte del pueblo en un año complejo y duro.»
E. Ginarte afirma que si alguien no tuvo un año complejo y duro, fue Federico.
«En su casa no falta la comida, y que Dios me perdone, pero Federico jamás será Lázaro Expósito. Este hombre es un monigote,» afirma.
Con casi 60 años en las costillas, E. Ginarte ha visto de todo. Un familiar suyo fue secretaria de Lázaro Expósito «por los años 2006, 2007, y daba gusto visitar esta provincia.»
«Ahora no hay nada. Hace rato que no había nada. Lo aguantaron todo. En El Chapuzón hace rato que no venden nada. La gente lleva más de una semana buscando comida en la calle, y de pronto, PUM y sacan todo esto, que no alcanza. Había tremenda matazón. Dejé ahí al nieto, para que me avise,»
reveló.
«Otra cosa: el dinero. Aquí la gente no tiene dinero como antes, cuando tú venías. Yo mismo, este año, he gastado como 20 mil pesos por encima de lo que pensaba. Esto está duro, mi hermano.»
E. Ginarte dice que vio «mucho puré de tomate; en lata y en botellas; dulce fruta bomba, un poco de pollo y dos o tres personas vendiendo puerco en el reparto Camilo Cienfuegos.»
El medio oficialista La Demajagua sin embargo, afirma que los productos fueron más.
Tiendas y kioscos ocuparon las calles Juan Clemente Zenea, José Antonio Saco y otras arterias aledañas, además de la avenida Felino Figueredo, en Bayamo, dejando la General García abierta para el tránsito.
En los kioscos, que fueron visitados por el sin par Federico, los bayameses se agolpaban, sin creer en Ómicron ni la cabeza de un guanajo, para «adquirir los alimentos y disfrutar de los servicios gastronómicos.»
Revela el medio que, diversas entidades se dieron cita como «organismos, empresas y entidades, como el comercio y gastronomía, acopio, turismo, tiendas de la TRD, cubana del pan, avícola, porcina, y las industrias láctea, alimentaria y pesquera.»
E. Ginarte dice que puede que hayan estado, pero trajeron muy poco.
La Demajagua asegura que había venta de carnes de cerdo, vacuna y de pollo; viandas, hortalizas, condimentos y otros surtidos comercializados por el sector estatal y del movimiento cooperativo y campesino.
«Compadre, que tú eres viejo viniendo a Bayamo. ¿Tú te vas a creer todos esos cuentos,»
preguntó casi al final de la llamada telefónica.
¿Habrá sucedido en Granma lo mismo que sucedió en Santa Clara?
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