«Todo el pescado que apareció ayer en Santa Clara se lo llevaron de aquí, de Caibarién. Aquí no dejaron ni una biajaiba,» dijo vía Signal un cubano residente en ese municipio de Villa Clara, alarmado y molesto por las fotos que desde ayer martes, bien temprano en la madrugada, comenzaron a circular por las redes sociales.
«Aquí no dejaron ni medallones, ni croquetas. Todo se lo llevarón. Nos dejaron sin nada en las pescaderías. Vaciaron el combinado,» dijo.
«Javier» se refiere a la Empresa Pesquera Industrial de Caibarién (EPICAI) perteneciente al GEIA del Ministerio de la Industria Alimentaria. Una empresa conformada por 5 Unidades Empresariales de Base (UEB): Pamar, en playa La Panchita, municipio Corralillo; Isamar, en Isabela de Sagua, municipio Sagua la Grande; Cahamar, en playa Caharatas, municipio Quemado de Güines; y Caimar en Caibarién, municipio Caibarién.
Esas cuatro unidades extractivas se complementan con la industria procesadora Villamar, ubicada también en Caibarién y con la Casa Matriz situada en el propio municipio.
La empresa está ubicada en Calle 2 y Ave 17, Caibarién, Provincia Villa Clara.
Desde allí, desde el lunes en horas de la noche, comenzaron a salir los camiones cargados de pescado con hoja de ruta final en Santa Clara.
«Javier» afirma que eso puede haber sorprendido a muchos, pero a él no. Su padre, ya fallecido, era dirigente del partido en Caibarién y dice, a cada rato hacían eso.
«Donde quiera que inauguraban algo, allá trasladaban todo para que pareciera que sobraba. Finalizada la visita, se lo llevaban de vuelta; pero esta vez, el pescado no retornó. Se vendió en Santa Clara,» dijo.
¡Qué desilusión! Sobre todo para los periodistas Francisnet Díaz Rondón, Mildred Legrá y el recién graduado Pedro Jorge Velázquez, que desde ayer, en un post que fue cerrado a los comentarios, este último ponderaba la feria de alimentos en Santa Clara y aseguraba que ningún medio desde Miami hablaría sobre el asunto.
Malas noticias para ellos. De Vueltas y Camajuaní – tal vez Francisnet pudiera averiguar si sucedió igual con Santo Domingo, municipio que lo vio nacer, – sacaron todo el puerco que tenían, que habían convenientemente «aguantado» para fin de año, hacia Santa Clara.
Una fuente residente en el municipio de Corralillo afirma que de allí «no se llevaron nada» porque, de allí no hay ya nada que llevarse.
«Aquí ya solo se produce piña y alguna que otra bobería, y ni eso hay ya,» dijo vía chat de Facebook la fuente.
«Ni eso hay ahora, pero la gente anda muy molesta porque sí, se enteraron que hubo Feria en Santa Clara, y hay tremendo empingue, porque dicen que ellos son también villaclareños,» explicó.
«De Quemado de Güines lo único que pudieron llevarse fue tabletas de maní, las que vende Ariel Gómez. Al pobre, lo obligaron a venderlas hasta a mitad de precio. O sea, a la mitad de lo que tradicionalmente él las vende,» dijo por su parte el hermano de la fuente residente en Corralillo.
«El tipo tiene una fábrica de mani, patentada, con marca registrada y todo eso. Y le metieron las libras (lo presionaron) y tuvo que vender todo el que tenía hecho,» expresó.
«Ah, también se llevaron minutas,» agregó.
En La Habana, una colega «oficialista» que también se niega a dar su nombre a «la prensa independiente», asegura que este «modus operandi» sucede mucho cuando inauguran una tienda en MLC. TRD «presta» productos de una tienda a otra. Tiran las fotos. Luis Torres Iribar «la bendice». Se va. Cierran la tienda, y por la madrugada devuelven los productos prestados.
Es el socialismo mágico. Lo real maravilloso de lo que un día nos hablara Alejo Carpentier.
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