La dueña de un apartamento en Miami donde vivían dos ancianos cubanos, junto a la esposa indocumentada de ellos y una perrita, práctimente los dejó viviendo en la calle, pues alegó que reparía el inmueble para venderlo.
Los dos ancianos pagaban 860 dólares al mes de alquiler, pero ahora se quedaron sin tener dónde vivir en Miami tras ser echados de la vivienda que tenían alquilada. Ahora, los dos ancianos cubanos están pidiendo ayuda.
Tras ser echados de donde vivían en Miami, los dos ancianos cubanos no tienen donde vivir.
Según contó a Telemundo 51 uno de ellos, Ángel Correa, de 85 años, él compartía apartamento con Agustín Balboa, de 78.
Balboa, está casado con una mujer indocumentada. En la casa, vivía además, una perrita a la que ellos quieren como si fuera una humana más dentro de la familia.
Todo iba bien hasta que el dueño del inmueble les comunicó que iba a remodelar la vivienda para venderla. Entonces, debieron irse para la calle. Literalmente.
“No hay quien viva en la calle, yo no dormía porque en la calle nadie duerme por miedo a que alguien nos dé un golpe y nos mate”, dijo Correa al citado medio de prensa, quien asegura que hay días que vive «a base de café con leche y pan».
Agustín, por su parte, lloraba ante las cámaras al hablar de la perrita, miembro de la familia.
“Ha sufrido con nosotros muchísimo esa perrita, yo no quisiera verla trancada ahí en la reja como la tienen. Ya lo de nosotros es distinto. Ella es un animalito, que no sabe nada”, expresó.
La situación de este último es complicada. Dice padecer de arritmia y estar haciendo quimioterapia para los pulmones porque tiene cáncer.
Los ancianos estuvieron pernoctando en el parque José Martí, en la cuarta avenida del suroeste de Miami, hasta que una joven identificada como Eylín Ávila, los llevó a un hotel y al otro día hizo las coordinaciones para que entraran a “Camillus House”, un albergue para personas desamparadas en Miami que siempre está lleno, y del que no existen las mejores referencias.
Ese albergue es pernoctado por homeless, muchos de ellos drogadictos.
Ávila dice que cuando se encontró con Correa y Balboa, le llamó la atención que no eran los típicos homeless.
Y no lo son. Correa recibe como retiro un cheque de $914 dólares. Agustín, por su parte, recibe otro de $936.
Los ancianos solo aspiran a conseguir una renta barata, como la que tenían. Algo bien complejo, casi imposible de conseguir en Miami.
Una ciudad donde conseguir un apartamento para personas de bajos recursos pasa por no pocos rollos burocráticos, donde a veces prima más la suerte que otra cosa.
Telemundo señala que los dos ancianos cubanos, tanto Ángel Correa como Agustín Balboa, llevan décadas viviendo en Estados Unido.
Uno llegó en 1968; el otro, en 1980. Trabajaron siempre, en diversos estados.
Sin embargo, ahora, les cuesta acceder a una vivienda asequible en Miami; una ciudad donde los alquileres se han encarecido de forma notable en los últimos tiempos.
Una ciudad que se está transformando poco a poco. Una ciudad donde los nuevos residentes, más pudientes, están empujando forzosamente a gente como Agustín y Ángel a irse de la ciudad, para poder encontrar un lugar barato donde vivir.
O al menos eso: un lugar.
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