Con 221.000 ancianos que viven solos, en su mayoría mujeres, y un éxodo continuo de la generación más joven en busca de mejores oportunidades en el extranjero, la situación es cada vez más apremiante
La abuelita cubana, con su perspectiva lúcida y directa, resaltó que, independientemente de los avances tecnológicos, las máquinas no pueden replicar ni sustituir la profundidad emocional y la consciencia que caracterizan al ser humano.
Las historias de Jorge Santana Álvarez y el anciano acogido en Jagüey Grande son solo dos ejemplos de las muchas dificultades que enfrentan los ancianos en Cuba.
Se ven con frecuencia a personas mayores haciendo interminables colas para adquirir algún alimento o, en el peor de los casos, durmiendo en los portales o hurgando en la basura.
En la isla cada vez más se ven escenas que para los cubanos eran solo un panorama lejano. Ancianos hurgando en la basura, ancianos que caen por hambre en medio de la calle, ancianos que aparecen muertos sin otra explicación que la falta de medicinas, alimentos o la desatención.
Los dos ancianos pagaban 860 dólares al mes de alquiler, pero ahora se quedaron sin tener dónde vivir en Miami tras ser echados de la vivienda que tenían alquilada. Ahora, los dos ancianos cubanos están pidiendo ayuda.
La cifra de ancianos cubanos que desesperados por la situación en la isla de Cuba intentan llegar a los EE.UU. atravesando las fronteras norteamericanas crece.