Trece balseros cubanos «fueron puestos bajo custodia de la Patrulla Fronteriza después de tocar tierra en una embarcación rústica cerca de Key West», reveló hace apenas unos minutos en su página de Facebook el periodista cubanoamericano Alexis Boentes.
Los trece migrantes usaron una embarcación rústica, de metal, forrada con una lona verde a la cual acoplaron un motor de combustión interna, que fue montado sobre una plataforma de hierro. Acoplado a un lado el tubo de escape, hacia detrás; y luego la barra de transmisión la juntaron a una propela.
En la imagen divulgada se aprecian varios bidones de gasolina, una batería de auto, además de varias bolsas de nylon y varias botellas de agua.
Se desconoce por el momento la identidad de los balseros, así como detalles particulares relacionados con la salida.
Sin embargo, destaca a diferencia de otros casos de balseros cubanos recientemente detenidos -con excepción de los que fueron detenidos junto a un presunto traficante en un bote en las cercanías de un cayo de Las Bahamas- que la embarcación utilizada para la escapada de la isla posee cierto grado de «ingenio» o de ingeniería.
Los cubanos han optado por comprar motores viejos, en desuso, los cuales reparan y luego utilizan en embarcaciones rústicas. A pesar de lo que pueda pensarse, los motores de autos y de camiones no están diseñados para trabajar de esta manera; y en ocasiones las frecuentes roturas ha obligado a los balseros a regresar a la isla. En otras, la rotura no ha podido repararse en alta mar y los ha dejado a la deriva.
La Guardia Costera ha alertado a los futuros balseros del peligro que representa navegar en las inquietas aguas de la Florida, con fuertes corrientes, donde en ocasiones ni un motor de combustión interna nuevo es garantía de que se llegará al destino ansiado.
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