En las redes sociales, dos cubanos se han convertido en el centro de atención por expresar abiertamente sus frustraciones en situaciones que, aunque distintas, reflejan problemas profundamente enraizados en la sociedad cubana. Sus videos virales han generado un amplio debate y resonancia entre internautas tanto dentro como fuera de Cuba.
Leonella, una cubana residente en el extranjero, compartió en TikTok su descontento con la actitud de algunos familiares en la isla, quienes parecen olvidar las realidades de la vida en el extranjero.
En su video, que luego eliminó de TikTok pero que aún puede verse en este enlace, la cubana expresa cómo sus parientes solo se comunican con ella cuando necesitan algo, sin mostrar gratitud por los sacrificios que ella hace.
“Si tú no llamas, no te llaman. Te llaman nada más cuando necesitan algo”, lamenta Leonella, explicando la carga emocional y financiera que supone mantener el apoyo desde la distancia.
Este sentimiento fue ampliamente compartido por otros usuarios, que narraron experiencias similares, destacando una falta de apreciación por las dificultades que enfrentan los emigrantes al tratar de ayudar a sus familias en Cuba.
Por otro lado, un video publicado por el periodista Mario J. Pentón en su cuenta de Twitter muestra a un hombre de la tercera edad criticando severamente no a sus familiares en Cuba, sino a los dirigentes cubanos, por su aparente indiferencia hacia las penurias que enfrenta el pueblo.
El hombre, cuyo descontento palpable se hace eco de las preocupaciones de muchos, cuestiona cómo es posible que los líderes y sus familias puedan observar la miseria y no actuar.
“Nos están robando todo lo que es de nosotros”, afirma, comparando la actitud de los dirigentes con la de los esclavistas, desinteresados por el sufrimiento de aquellos bajo su dominio.
Ambos videos, aunque abordan temas diferentes, subrayan un denominador común: la desconexión entre las élites —ya sean familiares que viven cómodamente gracias a remesas o dirigentes políticos desconectados de la realidad cotidiana— y el pueblo, que lucha diariamente por sobrevivir en un contexto de crisis económica y restricciones sociales.
Las reacciones en redes sociales a ambos videos fueron variadas.
Algunos usuarios expresaron empatía y compartieron frustraciones similares, mientras que otros debatieron sobre las causas y posibles soluciones a estos comportamientos.
Lo que es indudable es que estas publicaciones han tocado un nervio sensible, ilustrando no solo la crisis material y moral dentro de Cuba, sino también el impacto emocional y financiero que esta tiene en la diáspora cubana.
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