En lo que pudiera definirse muy bien como «las complejidades y contradicciones de la cooperación internacional en el ámbito de la salud», un país que ha sido incapaz de proporcionar el tratamiento médico necesario para una niña en su propio territorio, ha enviado un contingente adicional de 98 médicos a Italia. Sí, hablamos de Cuba.
Este hecho subraya la paradoja de un sistema de salud que, por un lado, lucha por atender las necesidades críticas de sus ciudadanos, que a menudo se quejan de que no hay médicos en la isla, que los Consultorios del Médico de la Familia están cerrados por falta de personal y, por otro, exporta su capital humano a naciones extranjeras en busca de solidaridad y apoyo internacional.
La situación de Amanda Lemus Ortiz, una niña cubana que lleva más de un año esperando un trasplante de hígado, y quien afortunadamente se mantiene estable dentro de su gravedad, ha capturado la atención y el corazón de muchas personas, tanto dentro como fuera de Cuba, evidenciando la desesperada necesidad de atención médica especializada que no está disponible en su país natal. A pesar de las promesas y las coordinaciones con instituciones especializadas de otros países, la solución para Amanda sigue siendo elusiva.
Mientras tanto, en un esfuerzo por fortalecer la colaboración internacional y mejorar la atención médica en regiones necesitadas, Cuba ha enviado otro grupo de 98 médicos a Calabria, Italia.
Este nuevo contingente se suma a los 270 médicos cubanos que ya están trabajando en la región, llevando el total a 368.
Estos profesionales de la salud han sido desplegados en un intento de abordar la escasez crónica de personal médico en Calabria, ofreciendo servicios en diversas especialidades como emergencia-urgenza, ortopedia, reumatología, ginecología-ostetricia, oncología, cardiología, geriatría, cirugía y medicina general.
El presidente de la Región Calabria, Roberto Occhiuto, ha expresado su gratitud hacia los médicos cubanos por su contribución vital a la sanidad local, destacando cómo su presencia ha permitido mantener abiertos muchos hospitales y departamentos que de otro modo habrían tenido que cerrar. Además, se ha iniciado un curso de perfeccionamiento del italiano para los médicos recién llegados, muchos de los cuales ya hablan bien el idioma, para facilitar su integración y eficacia en el entorno laboral italiano.
Sin embargo, la llegada de estos médicos a Italia no ha estado exenta de controversia. Algunos críticos, incluido el presidente del Colegio de Médicos de Cosenza, han cuestionado la validez de las calificaciones de los médicos cubanos y su capacidad para comunicarse efectivamente en italiano, lo que plantea preocupaciones sobre la calidad de la atención que pueden proporcionar.
Este desarrollo pone de relieve la complejidad de la cooperación internacional en el ámbito de la salud, donde la solidaridad y la asistencia mutua se encuentran con las realidades prácticas de la atención médica y las necesidades urgentes de los pacientes en diferentes partes del mundo.
con información de Ansa, Corriere y otros medios italianos.
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