Mientras Italia se beneficia de la experiencia y el apoyo de los médicos cubanos, el caso de Amanda Lemus Ortiz sigue siendo un recordatorio conmovedor de las limitaciones y desafíos que enfrentan los sistemas de salud en todo el mundo, especialmente en países con recursos limitados.
A pesar de que la niña Amanda tiene a su padre como donante y de que su familia ha reunido los insumos médicos necesarios para la operación, el hospital donde se encuentra no acepta estos insumos.
La operación duró aproximadamente 21 horas e incluyó un equipo de más de 140 cirujanos, enfermeras y otros profesionales de la salud, dirigidos por Eduardo D. Rodríguez, director del Programa de Trasplante de Cara.