Durante el fin de semana en Cuba, se registraron dos trágicos sucesos que conmovieron a la opinión pública y reavivaron el debate sobre la violencia juvenil en la isla. Dos jóvenes perdieron la vida en incidentes separados, ambos caracterizados por la violencia y las armas blancas.
En el municipio de Boyeros, La Habana, un joven de 23 años, identificado como Deivis Sanz, fue asesinado a puñaladas en el barrio Río Verde.
Según los informes preliminares, el ataque fue perpetrado por un grupo de jóvenes tras un presunto ajuste de cuentas.
Sanz había expulsado a este grupo de un bar en el que trabajaba, debido a lo que catalogara como comportamiento inapropiado y sospecha de consumo de drogas. La tragedia se desencadenó cuando lo esperaron fuera del establecimiento y le propinaron cinco puñaladas.
La comunidad local, incluyendo familiares y amigos, expresaron su profunda conmoción y dolor ante la pérdida de Sanz, descrito como una persona especial y querida por muchos.
Sin embargo, el activista Niover Licea publicó luego un video en el que asegura corresponde al momento en que Sanz es apuñalado.
Sin embargo, las imágenes, no tan nítidas y tomadas desde lejos, muestran que Sanz aparentemente es apuñalado dos veces, aunque antes de recibir la primera su pullover muestra señas de una herida previa.
Niover dijo en otro video que, tal y cómo se aprecia en las imágenes, el joven que apuñaló a Sanz está prófugo y dan $2 mil dólares de recompensa por su captura.
Casi simultáneamente, otro joven, David Estrada, encontró un destino similar en Ciego de Ávila tras una presunta pelea callejera la noche del Viernes Santo.
Aunque los detalles específicos del incidente son escasos, se sabe que Estrada murió en el quirófano, sin que los esfuerzos médicos lograran salvarle la vida.
Licea ha pedido a los ciudadanos de Ciego de Ávila que proporcionen más información sobre el suceso, en un intento por esclarecer las circunstancias que rodearon esta fatal confrontación.
Estos eventos han puesto de manifiesto la preocupante tendencia de la violencia juvenil en Cuba.
A pesar de que las autoridades insisten en que solo una pequeña fracción de los delitos cometidos en la isla son de naturaleza violenta, estos asesinatos sugieren la existencia de problemas subyacentes más profundos dentro de la sociedad cubana.
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