En un significativo cambio de política, la administración Biden anunció esta semana una serie de medidas destinadas a apoyar a las pequeñas empresas cubanas. Estas medidas, anunciadas hace tres días, incluyen la apertura de bancos estadounidenses al sector privado de Cuba, permitiendo a los emprendedores cubanos abrir cuentas en Estados Unidos y busca facilitar las transacciones financieras y proporcionar un apoyo tangible a los empresarios cubanos.
Medios estadounidenses destacan que la administración está levantando algunas restricciones económicas que durante mucho tiempo han obstaculizado el crecimiento de las pequeñas empresas en Cuba; y forman parte de un esfuerzo más amplio de la administración Biden para mejorar las relaciones económicas con Cuba. La idea es que, al fortalecer el sector privado, se promueva una mayor independencia económica entre los ciudadanos cubanos.
Sin embargo, estas políticas no han estado exentas de críticas desde dentro de Cuba y fuera de la isla. Algunos opositores argumentan que estas medidas podrían fortalecer indirectamente al gobierno cubano; mientras que los defensores sostienen que fomentar el sector privado es una forma de impulsar cambios sociales más amplios en la isla.
En este contexto, uno de los defensores de las medidas, el excongresista demócrata Joe García ha revelado que «el apoyo» pudiera ir a más, y citó en una entrevista concedida a la periodista Tania Costa de Cibercuba Noticias que una congresista amiga suya está considerando un proyecto de ley para levantar el embargo sobre las Mipymes cubanas.
García se mostró satisfecho por las nuevas medidas del Departamento del Tesoro; medidas que llegan poco después de que la administración Biden diera el primer paso para sacar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo; lo que hace temer a cierto sector que la utópica reconciliación con el gobierno de La Habana pudiera estar más cerca que nunca. Al menos, sacar a la isla de la lista de países patrocinadores del terrorismo.
García descartó que la decisión del Departamento del Tesoro tenga como objetivo frenar la ola migratoria desde la isla, aunque admitió que «es un buen argumento», aunque en su subsconsciente el ex congresista sepa que, nada a estas alturas, frenará los deseos de los cubanos de largarse de la isla.
García reconoció que no es el embargo, sino el régimen cubano el que limita la creación de Mipymes, y en ese sentido criticó la falta de apertura del gobierno cubano y lamentó que no hayan aprovechado las oportunidades brindadas por la administración Obama.
«Levantar restricciones a las Mipymes crea sociedad civil», afirmó y dijo que deberían abrirse 700 pymes al día debido a las necesidades del país.
En respuesta a las críticas de que estas medidas podrían dar oxígeno al régimen cubano, García argumenta que proporcionar ayuda a la población no fortalece al gobierno. «Cuando uno le da comida a alguien, no le estás dando oxígeno al gobierno», insistió.
Luego condenó a quienes, desde la comodidad del extranjero, abogan por medidas que afectan negativamente a la población cubana.
Visiblemente molesto, alterado, o contrariado, García llamó a esas personas «héroes de pacotilla».
«(Los) que dicen que mi padre se tiene que morir de hambre en Cuba para liberar a Cuba son peores que las personas que ellos persiguen», afirmó.
No pocos son críticos con García en su pro-relación hacia Cuba, argumentando que este solo defiende sus intereses comerciales. El ex congresista es uno de los dos cubanoamericanos – el otro es Hugo Cancio – que está autorizado por el gobierno de la isla para importar productos desde los EE.UU.
García, según una fuente, no es siquiera quien más importa.
«Él solo importa 3 o 4 contenedores al mes. Hay quien importa hasta 30 y 40,» explicó la fuente que prefirió mantenerse en el anonimato.
Dijo que García importa «lo que le piden», principalmente pollo, aunque también mencionó las palabras «frijoles y azúcar».
Que un país que hasta hace unas décadas fuese reconocido como uno de los grandes productores y exportadores de azúcar, y que durante décadas importó cientos de toneladas de azúcar a los EE.UU., esté ahora importando la gramínea desde ese país, dice mucho de lo mal que le va al gobierno caribeño, que ahora defiende a personas como García – a pesar de lo que diga – necesitado como está de que en «las entrañas del monstruo» alguien haga lobby a favor de ellos.
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