El balsero cubano Julio Ibarra, único sobreviviente de su travesía en balsa desde Matanzas a Miami, cuenta que fue una experiencia traumática en la que vio morir a otras personas y perdió a su mejor amigo en el mar.
Ibarra afirmó en sus declaraciones que intentaba sobrevivir para poder ver a sus dos hijos.
En una entrevista con Americateve, Julio Ibarra, contó su historia y explicó que un error en el mantenimiento del motor cambió el curso del trayecto y provocó la muerte de varios de sus compañeros.
También relató cómo perdió a su mejor amigo cuando pedía ayuda a un catamarán.
«Yo vi al catamarán, pedí ayuda y el capitán se dio la espalda, yo le dije a mi amigo que flotara mientras buscaba ayuda, pero cuando volví no estaba», dijo Ibarra.
No está claro si Ibarra enfrenta proceso de deportación.Si lo enfrentara sería una experiencia muy traumática para él, mucho más de lo que ya lo es para él.
Se trata de una historia conmovedora, de la que no se puede decir que tiene un final feliz. Ni siquiera en el caso de Ibarra cuyo futuro en tierras norteñas se desconoce.
Como norma, en sucesos así, el gobierno de los EE.UU. ha sido benévolo con los sobrevivientes. Al menos así ha sido con los llamados polizones o «secuestradores» de aviones recientes.
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El Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU. ha anunciado que cubanos y haitianos que intenten llegar ilegalmente a las costas estadounidenses serán removidos y no podrán ser elegibles para el proceso de parole humanitario.
La Guardia Costera también ha reiterado que no hay política de pies secos, pies mojados, y que las devoluciones de cubanos han sido de 80 personas en la última semana y de más de 6,400 en lo que va del 2023, aunque en esta cifra se incluye los balseros devueltos que han sido interceptados en el mar y que no han logrado llegar a territorio norteamericano.
