El querido cantante y presentador cubano Alfredito Rodríguez, actualmente radicado en Miami, compartió con sus seguidores el jueves un conmovedor episodio de nostalgia por su tierra natal.
“Se puede volver, como dijo Carlos Gardel, el argentino, con las nieves en la sien, o con la juventud de los dieciséis. Se puede volver muerto, o con la carne y los huesos viviendo, y se puede estar sin tener que volver”, comenzó su escrito el reconocido artista, que por décadas logró ganarse el cariño de millones de cubanos.
Alfredito Rodríguez, de 71 años, anunció a mediados del año pasado que reanudaría su carrera artística en la plataforma audiovisual UnivistaTV en Miami, ciudad donde vive desde el año 2012. En julio, se vio obligado a suspender un concierto en Hialeah porque “ni mi cuerpo ni mis cuerdas vocales responden”.
Afortunadamente, el intérprete de “Sagitario” logró recuperarse y continuó ofreciendo sus presentaciones habituales en clubs nocturnos de la ciudad. Sin embargo, carga con un dolor insoportable: no poder regresar a Cuba.
“Si no con la presencia de mis huesos, con el halo de mi espíritu no solo volveré, es que estuve, estoy y estaré. Para cuando no esté, ‘si no he vuelto’, no se ufanen algunos en decir, no volvió. No solo volví, es que nunca me fui. Uno no se va, de lo que tanto ama. ¡Ay!, mi irrenunciable caimán”, escribió el jueves en Facebook.
Rodríguez agradeció la gran acogida que ha recibido en los Estados Unidos y asegura que es un país que quiere “porque me ha dado cobijo, porque es inclusivo, porque muestra el cielo y da la oportunidad de poder alcanzarlo, porque no repara de donde vengas y ofrece llaves para abrir puertas”.
“Agradezco en nombre de mis hijos fundamentalmente y en nombre propio (…) En cuanto a mi amada de las cuatro letras, nunca dejaré de agradecer que me hayan concebido en esa bendita tierra, y el amor que me han brindado mis coterráneos”.
“El día que me vaya, me iré reconociéndoles tanta entrega de espíritu tierno, tantísimo amor recibido, y la obtención de algún peculio traducido, tal vez, en una lámpara, en un butacón, en un cuadro, en techo, en un aparato motor, en mantel”, continuó.
Alfredito Rodríguez zanjó su escrito con una promesa: “Jamás olvidaré mis raíces, nunca dejaré de gritar con orgullo donde vaya, que soy palma, mariposa y tocororo. SISTEMA POLÍTICO Y NACIÓN SON COSAS MUY DIFERENTES”.
“¡Ay de los hombres, que estén donde estén, no merecen la bendita tierra donde han nacido! Yo donde esté, en este plano, o cuando diga adiós definitivamente y en otro plano viva, jamás me descasaré de mi patria. Te amo, Cuba”.