Los tuneros se quedaron sin ver los alimentos que el gobierno de la provincia dijo que acercaría a sus casas.
Al igual que sucedió en la provincia de Cienfuegos -aunque la prensa cienfueguera no hizo reseña del asunto- miles de tuneros se quedaron sin los alimentos que les prometió el gobierno, que al implementar medidas más severas contra la covid dijo que garantizaría la distribución de alimentos por los barrios, de manera tal que los tuneros no tuviesen que salir de sus casas a hacer cola en las tiendas pero…
Eso no fue lo que sucedió.
Ahora el oficialista diario Granma aborda el asunto, y lo dice con ese modo propio suyo de pasarle un brochazo de timerosal al problema y ponerle una curita vencida. «Debe ser prioridad mejorar los mecanismos de distribución de los productos».
¿Qué vivencias arrojaron estos días de aislamiento? ¿Fueron efectivas las estrategias para acercar los alimentos a las comunidades? Esas son las dos preguntas claves en el artículo, y el resultado arrojado es el que ya les comenté; que es muy similar, repito, a lo sucedido en la provincia de Cienfuegos.
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Elena Diego Parra, autora del artículo, recoge declaraciones de tuneros como Sonia Hidalgo, quien al parecer se lo olió, cuando escuchó a hablar de «las medidas de estricto aislamiento» que confinarían a los tuneros a estar 14 días en sus casas.
«(…) no podía evitar pensar en que su reserva de alimentos se agotaba, sobre todo el «plato fuerte» y las meriendas para los niños, y a su barrio, como a otros, no llegaron productos anunciados, entre ellos, pollo, refresco, salchichas y galletas, que debían aliviar la gestión durante el confinamiento», apunta la nota del diario oficialista.
También le sucedió así a Alberto Ramírez, otro de los tuneros entrevistados, quien señala:
«No hemos visto los productos que expenden las cadenas de tiendas, las empresas de Gastronomía, Pesquera, Alimentaria y Acopio, entre otros, manifestó Alberto Ramírez. Se supone que ubiquen las ofertas cerca de las zonas residenciales, pero falta un cronograma, y los avisos, para que la personas se preparen y no salgan a buscar algo que a lo mejor lo llevarán a su comunidad».
Mejor dicho: los tuneros no vieron nada de lo que les prometieron.
Otra persona entrevistada, Raquel Uribe, cree que los alimentos volaron de los inventarios, y se pregunta qué hicieron las cadenas de tiendas para acercar los productos a la gente.
En la concreta, lo que sucedió fue lo siguiente: Comercio repartió pan y leche. Y tumbando.
Así lo informó al diario Luis Ramón Vázquez Gamboa, director municipal de Comercio, y echó mano a las estadísticas, que no conciden con la realidad.
«De acuerdo con las estadísticas de Comercio, se atendió con al menos un recurso al 95 % de los núcleos».
Sin embargo, señala la periodista que «la opinión más recurrente entre la población es que fue insuficiente el abastecimiento, sobre todo de renglones como los cárnicos y los derivados de la harina».
Consejo de la Administración Municipal (CAM) afirma que en los restaurantes se expendieron más de 45 000 raciones de comida.
Otro funcionario entrevistado, Arcadis Javier Estrada Rodríguez, coordinador del Consejo de la Administración Municipal (CAM), manifiesta que en los restaurantes se expendieron más de 45 000 raciones de comida y hasta habló de 17 unidades tuneras prestando servicios, pero entrevistados como Yanet Barreda y Horacio Tamayo no vieron esa comida por delante de sus narices, y afirman que la gente resolvió con pizzas y en paladares no estatales.
Tampoco la Empresa Avícola, la Pesca, y Acopio hicieron nada significativo.
Los que sí resolvieron fueros pymes como Mercasa, que recibió hasta 100 pedidos en 3o minutos en su plataforma online, según confirmó a la radio local Carlos Zayas Riverón, jefe de Marketing y Diseño de la aplicación. Mercasa, entre lo que tenía a mano pudo completar «entre 300 y 500 entregas diarias», de pedidos hechos por Mercazona o por teléfono.
También los de Tunerito.com hicieron parte del esfuerzo, de los «privados», sin apoyo del gobierno, para hacer llegar comida a los hogares.
Granma termina su artículo haciéndole un ligero regaño al gobierno de Las Tunas; pero la realidad -sin tantos párrafos- es esa: los tuneros se quedaron esperando durante 14 días por las comidas que el gobierno dijo que acercaría a sus casas.
Y no lo hizo.
