En la madrugada del 6 de noviembre de 2024, el expresidente Donald Trump se proclamó ganador de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, a pesar de que aún no se han confirmado oficialmente todos los resultados.
Desde su cuartel general en West Palm Beach, Florida, Trump declaró: «Es una victoria política que nuestro país nunca ha visto antes. Nada como esto».
Acompañado por su esposa Melania, sus hijos y miembros de su equipo de campaña, Trump celebró lo que describió como «el mayor movimiento político de todos los tiempos». En su discurso, prometió «arreglar todo» para «hacer América grande otra vez» y afirmó que Estados Unidos alcanzaría un nuevo nivel de importancia, enfatizando la necesidad de «sellar fronteras».
Hasta el momento de su declaración, Trump había asegurado victorias en estados clave como Carolina del Norte y Georgia, y mostraba buenos resultados parciales en Pensilvania. Sin embargo, con el 95% de las mesas escrutadas y algunos estados bisagra aún por definir, la contienda electoral permanece sin una conclusión oficial.
Por su parte, la candidata demócrata y actual vicepresidenta, Kamala Harris, había instado a la calma y había señalado que es «demasiado pronto para proyectar un ganador».
Su equipo de campaña ha enfatizado la importancia de contar cada voto y ha expresado confianza en que los resultados finales le serán favorables, pero con solo 3 votos electorales para ganar y con varios estados ya a punto de finalizar el conteo, donde lidera el partido republicano, la victoria es inminente.
Así está el conteo:
La proclamación anticipada de Trump ha generado reacciones mixtas a nivel internacional. Líderes mundiales como los primeros ministros de Holanda, India, Reino Unido, Rusia y Hungría han felicitado al expresidente, expresando su disposición a trabajar con él. Organizaciones como Abandon Harris, un movimiento musulmán, también han expresado su apoyo a Trump.
No obstante, es importante destacar que el conteo oficial de votos aún no ha concluido a nivel nacional. Las autoridades electorales han instado a la paciencia y han subrayado la necesidad de esperar los resultados oficiales antes de declarar un ganador definitivo.
La situación actual refleja una nación dividida, con una competencia electoral intensa y resultados ajustados en varios estados clave.
Se espera que el 20 de enero, durante el Día de la Inauguración Presidencial, el nuevo presidente de los Estados Unidos asuma el cargo en una ceremonia solemne que marcará el inicio de su mandato. Hasta entonces, el país se encuentra en un estado de anticipación, aguardando la conclusión oficial de uno de los procesos electorales más disputados de su historia reciente.