El panorama evidenció una vez más cómo las elecciones en EE.UU. no solo movilizan a los ciudadanos, sino también a sus figuras públicas más influyentes. Entre apoyos apasionados, críticas feroces y comentarios intermedios, quedó claro que, en 2024, las celebridades no se quedaron al margen de la contienda.
La victoria de Trump generó un impacto inmediato en Wall Street, con los principales índices bursátiles alcanzando máximos históricos. El Dow Jones subió un 3,10% en los primeros diez minutos de la apertura, mientras que el S&P 500 y el Nasdaq avanzaron un 2,08% y un 2,28% respectivamente. Estas cifras reflejan el optimismo de los inversores que ven en la administración de Trump una oportunidad para un crecimiento económico impulsado por recortes de impuestos y aranceles proteccionistas.
En Florida, una enmienda para permitir abortos hasta la viabilidad no alcanzó el 60% de votos requeridos para su aprobación. La restricción de seis semanas continuará vigente, manteniendo a Florida entre los estados con leyes restrictivas. Dakota del Sur también rechazó una medida que habría permitido el aborto en los primeros dos trimestres, dejando en vigor su prohibición actual, que solo permite el procedimiento para salvar la vida de la madre.
El control republicano del Senado representa un cambio significativo en el equilibrio de poder en el Congreso de Estados Unidos, con implicaciones profundas para la dirección política del país en los próximos años.
La proclamación anticipada de Trump ha generado reacciones mixtas a nivel internacional. Líderes mundiales como los primeros ministros de Holanda, India, Reino Unido, Rusia y Hungría han felicitado al expresidente, expresando su disposición a trabajar con él. Organizaciones como Abandon Harris, un movimiento musulmán, también han expresado su apoyo a Trump.
En su cuenta de Instagram, Nicky Jam, de origen puertorriqueño, anunció ante sus 43 millones de seguidores que no podía seguir apoyando a Trump tras el comentario de Hinchcliffe, quien menospreció a Puerto Rico y a su gente.
La contienda electoral de 2024 se perfila como un choque entre dos visiones diametralmente opuestas del futuro de Estados Unidos, con Musk y Obama empujando las espaldas de sus favoritos. Mientras uno busca mantener y expandir una base de poder a través del control de una plataforma social, el otro apela a la historia y al legado para inspirar a una nueva generación de votantes. Con noviembre acercándose rápidamente, esta guerra de narrativas y estrategias no hará más que intensificarse, dejando en manos de los votantes el destino del país.
Esta estrategia "musical" no solo enriquece la campaña de Harris, sino que también subraya la importancia de la música y la cultura en la política, sirviendo como un puente entre el entretenimiento y las serias consideraciones electorales del día
Un estudio reciente ha revelado que casi el 90% de la población cubana vive en extrema pobreza, evidenciando la severidad de la crisis económica y social que enfrenta la isla, pero al parecer La Habana no busca tanto mirar hacia los problemas de adentro, sino que está interesada en "resolver" los del vecino de afuera.
Con "Freedom" marcando el ritmo de su campaña, Kamala Harris espera inspirar a una nueva generación de votantes y movilizar a aquellos que buscan un cambio significativo en el liderazgo del país.
Mientras se acercan las elecciones, es crucial que los votantes hispanos y cubanos consideren las implicaciones de su voto. Apoyar a Trump podría significar un futuro incierto y potencialmente devastador para miles de sus compatriotas, incluyendo aquellos bajo la designación I-220A, que han hecho de Estados Unidos su hogar y han contribuido significativamente a su crecimiento y prosperidad.
El motivo de los llamados "a la candela", tiene que ver con la creciente rivalidad supuesta que hay entre él y Trump por el cupo republicano hacia la presidencia. Pero DeSantis no quiere tiquitiqui por ahora. De aquí al 2024, queda mucho trecho.