La crisis económica en Cuba es un reflejo de una combinación de factores internos y externos que han convergido para crear un panorama sombrío para sus ciudadanos. Con cada día que pasa, la esperanza de recuperación se desvanece.
El gobierno cubano se encuentra en una encrucijada, intentando equilibrar la necesidad de controlar la economía con medidas que, en muchos casos, parecen desencadenar más problemas que soluciones.
La incertidumbre entre los cubanos generada por la implementación del proceso de bancarización de pagos y cobros en medio de la escasez de efectivo ha puesto "la tapa al pomo".