Mientras los cubanos en la Isla luchan por sobrevivir con una moneda cada vez más devaluada, los dólares recaudados en este mercado, supuestamente destinado a proyectos sociales, parecen formar parte de una estrategia para fortalecer los privilegios de unos pocos.
El caso de Mirtza Ocaña subraya los desafíos persistentes en la lucha contra el contrabando de dinero y otras actividades ilícitas transnacionales. Mientras se espera su sentencia, las autoridades continúan investigando posibles conexiones con figuras más influyentes, lo que podría desvelar una red mucho más extensa y compleja de lo que se pensaba inicialmente.
Si en sus inicios estaban especialmente surtidas hoy lo que muestran en su mayoría son estantes vacíos, carencia de productos y dependientes y cajeros que se desploman de sueño sobre sus puestos de trabajo ante la falta de clientes.
Aunque las autoridades de la isla alegan que la decisión se debe a un ciberataque, es curioso que ocurra un día antes de hacerse efectivo el aumento de los precios del combustible en un 500%.
El dólar estadounidense se encuentra actualmente cotizado a 222 pesos cubanos, mientras que el euro ha alcanzado niveles nunca antes vistos, llegando a 230 pesos.
Las cuatro incautaciones principales incluyeron $7,795,680 en moneda falsificada el 5 de mayo, $2,962,880 el 2 de mayo y dos envíos separados, cada uno con $1,804,800 en moneda falsificada el 26 de mayo.
Un análisis del economista Elías Amor apunta a que las “idas y venidas” del gobierno en materia económica podrían generar “daños muy superiores a los que se pretenden resolver.