El futuro de las tiendas en MLC es totalmente incierto. Como totalmente incierto es todo o casi todo en Cuba. Lo cierto es que tras el anuncio de una tarjeta en dólares para hacer diferentes operaciones en divisas el destino de esos establecimientos es una total interrogante.
Las imágenes que muestran hoy esas tiendas son posiblemente un adelanto de lo que serán quizá más temprano que tarde. Si en sus inicios estaban especialmente surtidas hoy lo que muestran en su mayoría son estantes vacíos, carencia de productos y dependientes y cajeros que se desploman de sueño sobre sus puestos de trabajo ante la falta de clientes.
Tal vez esa imagen sea la crónica de una muerte anunciada con la entrada de la “tarjeta clásica” de la Corporación Financiera Cimex S. A. (Fincimex), emitida por esa entidad y el Banco de Crédito y Comercio (Bandec).
Un propio gestor de Bandec confirmó que las nuevas tarjetas no solo servirán para comprar combustible en la red de nuevos servicentros en divisas sino también “en tiendas que se habilitarán en un futuro solo para ellas”.
No se ha especificado el tipo de tiendas que serán pero se especula (y ya se sabe que cuando el río suena es porque piedras trae) que pueden ser los nuevos mercados rusos cuya instalación en Cuba ya se ha venido anunciado a bombo y platillo u otros comercios que se harán cargo de empresas extranjeras.
A día de hoy no se ha dicho nada en concreto y todo permanece en el oscurantismo habitual entre los directivos del gobierno. Pero todo indica, en efecto, que el futuro no está a favor de las tiendas MLC, que por cierto ya perdieron a uno de sus “padres fundadores”, el ex Ministro de Economía y ex Vicepresidente Alejandro Gil, quien aseguró, en un día de profundo ¿entusiasmo?, que el dinero recaudado en esos establecimientos servirían para incrementar las ofertas en la canasta básica del cubano común y corriente.
Una promesa (otra) que se lo llevó por delante.