Cubana que intentó ingresar ilegalmente a USA miles de dólares se declara culpable

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Mirtza Ocaña, una ciudadana cubana residente en Tampa, Florida, se declaró culpable este jueves de cargos graves relacionados con el contrabando de más de 100.000 dólares en efectivo a Estados Unidos.

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El caso, que ha generado gran interés tanto en Estados Unidos como en Cuba, ha puesto de relieve las complejas redes de contrabando de dinero entre ambos países y la posible implicación de figuras de alto perfil en estos actos ilícitos.

El 5 de febrero de 2024, Ocaña fue detenida en el Aeropuerto Internacional de Miami después de llegar en un vuelo procedente de Cuba.

Durante la inspección de rutina por parte de agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), Ocaña declaró que no tenía efectivo que declarar. Sin embargo, una revisión exhaustiva de su equipaje reveló más de 31.000 dólares en efectivo ocultos en su maleta.

Este hallazgo inicial llevó a una inspección aún más rigurosa, que descubrió otros 71.300 dólares escondidos entre sus prendas de ropa, elevando la cantidad total incautada a aproximadamente 102.700 dólares.

Al ser confrontada con las pruebas, Ocaña confesó haber estado involucrada en el contrabando de dinero desde Cuba hacia Estados Unidos de manera regular.

Según su confesión, desde junio de 2023, realizaba estos viajes entre dos y tres veces al mes, transportando grandes sumas de dinero en efectivo. Por cada viaje, recibía una compensación que oscilaba entre 1.000 y 2.500 dólares, lo que sugería una operación bien organizada y sostenida en el tiempo.

Los registros de entradas y salidas de Estados Unidos corroboran su testimonio, mostrando que desde el 29 de mayo de 2023, Ocaña realizó un total de 45 viajes entre Cuba y Estados Unidos. Este patrón de actividad apuntó a una operación de contrabando sistemática y bien planificada.

El caso de Mirtza Ocaña ha suscitado especulaciones sobre la posible implicación de figuras de alto perfil en Cuba.

Una fuente vinculada al Departamento de Justicia de EE.UU., que prefirió mantener el anonimato, indicó a medios locales que no es inusual la colaboración entre las autoridades cubanas y estadounidenses en casos de tráfico humano, fraude migratorio y contrabando de dinero. Aunque no se confirmó una colaboración específica en el caso de Ocaña, la fuente no descartó esta posibilidad.

A partir de su detención, y la detención posterior en Cuba del entonces Ministro de Economía de Cuba, Alejandro Gil, surgieron rumores sobre la posible conexión de Ocaña con este. Gil fue destituido ipso facto en 2023 en medio de investigaciones por corrupción.

Según una fuente cercana a Gil, consultada por medios cubanos, Ocaña afirmó durante su interrogatorio que trabajaba para el exfuncionario y que había realizado varias operaciones de tráfico de dólares extraídos de Cuba bajo su dirección.

Esta información, de ser cierta, podría ampliar considerablemente el alcance de la investigación, involucrando a otros actores dentro del régimen cubano.

Los rumores, incluso, van más allá, y apuntan a que Gil tal vez era apenas un peón de alguien mucho más arriba interesado en lavar dinero y enviarlo a Miami, para compras y exportaciones a Cuba a través de las muchas empresas que desde Miami, se presume que colaboran con el régimen cubano. Muchas de estas empresas han sido fundadas en esa ciudad de la Florida por hijos de y familiares de, con dinero que no se tiene idea de dónde salió verdaderamente.

La investigación del caso sobre esta cubana ha estado a cargo de Homeland Security Investigations (HSI), una agencia federal encargada de la investigación de crímenes complejos, incluyendo el contrabando de dinero. La acusación contra Ocaña está siendo liderada por el Fiscal Auxiliar de los Estados Unidos, Michael J. Buchanan, quien ha señalado que la gravedad de los cargos podría resultar en una sentencia máxima de cinco años de prisión federal por cada uno de los cargos presentados.

Aunque aún no se ha fijado una fecha para la sentencia, Ocaña enfrenta un futuro incierto.

La confesión y las pruebas presentadas han sellado su destino legal, pero el impacto de su caso podría ir mucho más allá de su condena personal.

La posibilidad de que su testimonio conduzca a una investigación más amplia, que involucre a otros individuos en Cuba y en Estados Unidos, podría tener implicaciones significativas para las relaciones entre ambos países y para la lucha contra las redes de contrabando internacional.

Incluso, se especula, que de ofrecer ella información veraz que contribuya a establecer vínculos entre el dinero y la alta cúpula castrista, hasta podía ser exonerada, o al menos tenido en cuenta para una significativa reducción de su sentencia.

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