Las autoridades aseguraron que “se aplicarán con el máximo rigor las sanciones administrativas, disciplinarias y contravencionales que correspondan en este tipo de incidencia”.
Blackie fue un perro maltratado, que fue metido dentro de un saco, y abandonado a morir, pero que al menos en esa primera ocasión, en que logró zafarse, demostró que todavía sus días en la Tierra no estaban contados.