Un usuario en un grupo de Facebook dedicado al transporte en el Reino Unido sugirió utilizar los famosos «camellos cubanos» en ese país.
“Perfecto. Por qué no podemos tener eso en el Reino Unido”, escribió el internauta junto a una foto de dicho medio de transporte en las calles de La Habana.
La publicación tuvo varios comentarios que explicaron el funcionamiento de este transporte en Cuba, incluso algunos internautas presuntamente británicos afirmaron haber montado los “camellos cubanos”.
No obstante, el usuario afirmó que su “sugerencia” era una broma, para frenar a tiempo las posibles críticas y burlas que podrían llegar tras su publicación.
Los “camellos” circularon durante el llamado periodo especial por las calles y carreteras de casi todas las provincias del país ante la grave crisis del transporte en Cuba.
En meses recientes circularon fotos que mostraron el resurgimiento de los “camellos” en el transporte público en medio de una crisis posiblemente superior a la que padeció el país durante los años 90.
Varios comentarios en redes sociales han confirmado que este molesto medio de transporte ha vuelto a usarse en distintas provincias para paliar la gravedad de la crisis, que afecta a todas las ramas de la economía y sociedad cubanas.
Los “camellos” cubrían casi todas las rutas de transporte en la capital cubana y cargaban cientos de personas cada día que permanecían agolpadas durante todo el viaje que podría extenderse durante horas.
Lo mismo operaban en el trayecto de La Habana Vieja hasta Santiago de las Vegas como de La Ciudad Deportiva hasta el municipio de Alamar, por solo mencionar dos ejemplos de las largas distancias que marcaban sus rutas.
Ante la falta de otros medios de transporte, los cubanos estaban obligados a montar esos armatostes de hierro para poder llegar a sus trabajos o centros de estudios, una rutina que se repetía a diario y que constituía un verdadero suplicio.
En los años 2000 fueron desapareciendo este tipo de vehículos, que, por otro lado, hicieron bastante daño al pavimento por su gran peso, pero ahora el fantasma de su regreso vuelve a acechar a los cubanos.