Suman ya muchas denuncias sobre el tratamiento a los occisos en Santiago de Cuba
Dos familias, dos cadáveres. En Santiago de Cuba la burocracia, el papeleo, la desorganización y la desidia son tantas que no uno, sino dos cadáveres «desaparecieron», o más bien se extraviaron, entre el tramo comprendido entre el hospital y el cementerio, y de ello dieron cuenta sus familiares.
Por supuesto, la denuncia no la pudieron hacer en el «revolucionario» diario oficialista Sierra Maestra, pues estas historias no suelen ser de «interés editorial». Los denunciantes, familiares de los fallecidos, se quejaron en la red social de Facebook, donde a juzgar por acontecimientos recientes en Cuba se resuelven los problemas, a base de mucha presión y «ruido» con este y otro tipo de injusticias.
Al menos así lo hicieron estos dolientes.
La muerte de un burócrata (2da parte)
Una de las quejosas, y con muy buenos motivos para hacerlo es la internauta identificada como Yanelis Rodríguez Semanat.
A través de su cuenta en Facebook, y con la amenaza siempre presente de ser multada con 3000 pesos por publicar allí cosas que el gobierno cubano no quiere que se sepan, Yanelis reveló lo siguiente: su familia desconoce el paradero del cadáver de Marta Machado, esposa de un primo suyo.
Según cuenta Yanelis, Marta estuvo ingresada dos días en el Policlínico Josué País García antes de ser trasladada al Hospital Clínico Quirúrgico Ambrosio Grillo.
Una vez allí, a las 3:00 am, fallece la anciana. Al primo suyo le pidieron los datos de la occisa y le dijeron que podía marcharse a casa.
“Esta es la santa hora que no sabemos nada de dónde se encuentra la fallecida”, contó Rodríguez Semanat un día después.
Ayer domingo llamaron al hospital Saturnino Lora y a la funeraria Porfirio Valiente. En la funeraria no tienen información, y con el hospital no se han podido comunicar vía telefónica. Del hospital tampoco los han llamado a ellos.
«Esperamos saber dónde está el cadáver», expresó la joven en la red social.
La muerte de un burócrata (3ra parte)
Parecido -o igual si se quiere- es el problema vivido por Eduardo M Andión de Saá. Eduardo, residente también en Santiago de Cuba, denunció visiblemente molesto a través de su perfil en la red social de Facebook sobre la desaparición o extravío del cadáver de su abuela.
De hecho, el malestar de Eduardo es mayor, pues horas antes de fallecer su abuela, había muerto su abuelo; y el cadáver de este estuvo tendido en la cama, esperando por el carro de comunales desde por la mañana hasta las 7:19 pm.
«Ayer muere su esposa después de tantos días en el Hospital de Grillo sufriendo junto a mi mamá las malas atenciones, las faltas de respeto”, escribió el joven.
Supuestamente, el cadáver de su abuela iría desde el hospital directamente al cementerio. Sin embargo, cuando ellos llegaron allí les dijeron que no, que tenían que ir a la funeraria para hacer el reporte del deceso.
“En la noche fuimos para la funeraria a velar a mi abuela y, después de dos horas esperando (por el cadáver) nos informaron que mi abuela estaba en el hospital todavía, que como su muerte había sido por covid no se podía velar y que sería llevada directo del hospital para el cementerio, que no había horario para el entierro”,
expresó.
Todos se fueron para el cementerio, entonces a esperarla y…
“Desde ayer estamos con la bóveda familiar abierta en el cementerio, así estuvimos ayer el día entero hasta por la noche que tuvimos que regresar a pie hasta el hogar. Hoy fuimos en la mañana al cementerio, como nos dijeron que llevarían el cadáver de mi abuela directo desde el hospital”.
De vuelta otra vez en el cementerio, donde fueron informados que el cadáver de la anciana estaba en la funeraria.
En la funeraria les confirmaron que sí, que la anciana estaba allí, y les dijeron que ya que ellos estaban en el cementerio esperándola para darle santa sepultura, enviarían el cadáver.
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Sin embargo, en la funeraria no cumplieron con la palabra empeñada.
“Después de esperar tanto nos dijeron nuevamente que el cadáver estaba en Grillo”. ¡Y enterrada!
Así se los planteó el vicegobernador de Santiago de Cuba, Manuel Falcón Hernández, quien se trasladó hasta cementerio.
“Fue en el Gobierno donde se nos comunica que mi abuela desde ayer estaba enterrada en el poblado de Juan González, entonces hasta cuándo tanta mentira, tanta indolencia y tanto descaro. Espero que algo se haga y que este y muchos otros actos no queden impunes”, reclama con absoluta justicia Eduardo, a nombre de los familiares de la occisa.
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