Las fuerzas rusas abandonan la única capital regional que han conquistado desde el comienzo de la invasión a Ucrania.
Aunque digan que no, los rusos parecen haber entendido que se empantaron en Ucrania y que, de cara al invierno, lo mejor que hacen es retirarse. Al menos lo han hecho de la ciudad de Jersón, primera ciudad que sus tropas tomaron al inicio de la guerra. Jersón es un punto neurálgico por su situación cerca de la desembocadura del Dniéper y de la península de Crimea.
Expertos consideran que esta es una derrota para Vladimir Putin y que la reconquista de la ciudad por parte de las tropas ucranianas – apoyadas por Occidente, claro – supone que podrían sentarse las bases para la negociación de un alto al fuego definitivo. Los expertos añaden que las próximas semanas serán claves, pero no hay dudas que la retirada de las tropas rusas de la ciudad de Jersón puede darle un nuevo giro de los acontecimientos en la guerra de Ucrania.
En teoría no hay retirada. Rusia ha dicho que lo que hará es «mover sus tropas» hacia el sector de la otra orilla del río Dniéper para reforzar allí sus posiciones. La «retirada» comprende además la evacuación de entre 70.000 y 100.000 civiles.
Sin embargo, eso de que «no hay retirada» parece un cuento de camino. Apoyadas por Occidente, las fuerzas ucranianas han ido ocupando terreno; sus líneas han avanzado. Y la llegada del invierno es todo un drama imposible de sortear por las fuerzas rusas, algo que ha reconocido hasta el propio jefe de la agrupación de fuerzas rusas que combaten en Ucrania, general Serguéi Surovikin.
Esto no quiere decir que la guerra, para los rusos, está perdida. De hecho controlan ciudades como Zaporiyia y Mariúpol; y su posición en la otra orilla del Dnieper es más que fuerte.
Eso sí, el movimiento tiene un golpe moral duro contra el régimen de Vladimir Putin; y muestra además que la pretendida paridad de sus fuerzas militares con el ejército de los EE.UU. es un cuento de camino. Y viejo.
También hay que considerar que los rusos todavía no se han retirado de lo que para ellos es un enclave fundamental: Crimea. Esta península todavía está bajo su poder y es preciso señalar que los rusos harán hasta lo indecible por no dejarse arrebatar Crimea. Un punto neurálgico en el mapa; una región rica y económicamente muy útil – además de que políticamente perderla significaría un golpe devastador para los intereses del régimen de Putin – y en la cual es muy probable que lo apuesten todo. Incluso hasta destruirla, antes de entregársela al mando de Ucrania.
Por eso es que Jersón es tan importante, porque desde allí las tropas ucranianas pudieran establecer un campo de operación factible para recuperar a Crimea.
Por lo pronto los rusos parece que se van de Jersón, pero incluso el alto mando ucraniano cree que se pudiera tratar de una trampa.
tal vez quieras leer: Presunto ataque a balazos contra Chocolate MC deja a sus fans consternados
