Una foto del exlocutor cubano Rafael Serrano, captado junto a dos divertidas muchachas en un bar de La Habana, confirma que no hay un bigote más emblemático en la isla que el suyo: las dos jóvenes posaron con un mechón de pelo entre los labios y la nariz, como tributo al Bigotón en Jefe, que se presta para el chucho…
La imagen se viralizó en redes sociales, con múltiples comentarios hacia una figura polémica, que durante años fue la voz oficial del régimen en actos públicos y en el Noticiero Nacional de Televisión: para nadie es un secreto que cuando Serrano decía “nota oficial” no quedaba nadie con extreñimiento en toda Cuba.
Aparte de su voz grave, ojos caídos y talante severo, el mostachón fue el sello de Serrano durante sus años en activo, al punto que todos sospechaban que algo escondía aquella cortina espesa de pelos, tal vez una dentadura maltratada, un mentón hundido, un labio “acomplejao”…
Sin embargo, el hombre que llegó a vestirse de miliciano en determinadas emisiones del NTV, y que se preciaba de su colección de corbatas finas y caras, apareció ahora vestido con pantalón rojo, camisa blanca y mocasines negros, rodeando con sus brazos a las dos muchachas que no podían aguantar la risa.
Varios internautas identificaron el escenario de la foto como el bar El Cho, en el periférico barrio de La Palma, en La Habana. Los comentarios iban del chucho a la indignación, pues no pocos lo ven como un rostro de un sistema que predica austeridad, pero se permite sus lujos.
De hecho, a Serrano le han echado en cara sus frecuentes viajes al sur de la Florida, donde tiene familia. “Así cualquiera es comunista”, le han dicho. Igual, muchos le critican que viaje a Miami, cuando no pocas veces leyó editoriales y noticias que arremetían contra la Ciudad del Sol como un “santuario” para terroristas.
Por lo pronto, todo hace indicar que Serrano sigue en Cuba, que no lo han reclamado ni le han dado “parole” de ningún tipo, y que de momento no se le ha caído el pelo del bigotón más célebre en la historia de Cuba, con el perdón de los próceres de antaño, que cultivaban mostachos épicos y barbas pobladas, adelantándose a los “hípsters” incluso en eso…
Con casi 70 años, Serrano parece que disfruta la vida después del NTV, pero no deja de ser una figura que marcó a varias generaciones de cubanos, incluso aquellos a los que la política o las noticias les importa bien poco.
