Una presentadora de la señal en español de Fox News deslizó esta semana la idea de que, tras la crisis en Venezuela y el despliegue militar estadounidense en el Caribe, Cuba podría convertirse en el siguiente objetivo de Washington. La comentarista, Andrea Linares, lanzó la especulación durante la emisión del programa Fox Noticias en Fox Deportes correspondiente al 10 de diciembre, en un segmento que ya ha comenzado a circular en redes sociales reseñado por el portal Media Matters.
Linares afirmó que en La Habana existe miedo a que “lo que está pasando en Venezuela” se replique en la isla y sostuvo que ese temor “tiene sentido” porque la “dictadura comunista” cubana ha figurado durante décadas en la agenda de Estados Unidos. A partir de ahí, subrayó que hoy hay suficiente poderío militar estadounidense concentrado en el Caribe “como para invadir cualquier país” y encadenó esa afirmación con una pregunta abierta: si Venezuela no sería apenas el punto de partida de los cambios que el presidente Donald Trump dice querer para América Latina.
La presentadora dio además un giro personalista al tema al asegurar que se trata “sin duda” de una cuestión personal para el secretario de Estado Marco Rubio, al que vinculó directamente con la posible escalada por el hecho de que sus padres son cubanos. En el mismo comentario, acusó a las “élites comunistas” de la isla de manipular a la ciudadanía, negarle esperanza y presentar cualquier movimiento de Washington como una intervención imperialista y una “agresión inaceptable”.
El fragmento fue recogido por Media Matters, organización que monitorea medios conservadores en Estados Unidos, que interpretó las palabras de Linares como una sugerencia de que el actual despliegue militar podría allanar el camino a una invasión de Cuba, en un contexto de tensión creciente por Venezuela.
En el ecosistema mediático del exilio cubano, la idea tiene «discursos previos». Portales digitales han publicado textos con títulos del tipo “Después de Venezuela le toca a Cuba”, alimentando la lectura de que la presión contra La Habana pudiera intensificarse si la apuesta de Trump en Caracas se considera exitosa.
Desde la isla, un mensaje de este tipo refuerza al mismo tiempo la narrativa oficial de plaza sitiada y las incertidumbres de una población que observa cómo, una vez más, su futuro se discute frente a cámaras ajenas.



















