Precio del chícharo se dispara en Cuba y hasta Gladys Rubio lo extraña

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Posiblemente hasta la periodista oficialista Gladys Rubio ande como loca por toda La Habana zapateando aunque sea una libra, ahora que los ríos de Canadá están descongelados

En un país donde la creatividad siempre ha sido esencial para sobrevivir, los cubanos han hecho magia con los productos que tienen a su disposición. El chícharo, que alguna vez fue el grano más odiado en los comedores escolares, las cantinas de los centros de trabajo y por la periodista oficialista Gladys Rubio, ahora se ha convertido en un bien escaso y, peor aún, caro, señala el portal 14ymedio.

Lo que antes se les daba a las gallinas y a los cerdos se le hervía, los granos picoteados, hoy es casi un lujo en las mesas cubanas, tanto por su precio como por su disponibilidad.

El portal independiente de periodismo ciudadano dentro de la isla señala que hace solo un año, una libra de chícharo costaba alrededor de 100 pesos cubanos, pero en el transcurso de este 2024, el precio ha alcanzado niveles insólitos, llegando a 320 pesos o incluso más en ciertas provincias, como La Habana, donde los precios pueden superar los 380 pesos.

Este aumento exponencial ha dejado a muchos cubanos, acostumbrados a despreciar el chícharo como una comida «de pobres», añorando un buen potaje que ya pocos pueden permitirse.

Las nuevas generaciones no lo saben, pero tal y como indica la nota de 14ymedio, en los años 70 y 80, el chícharo formaba parte del trío de alimentos conocido como los «tres mosqueteros»: el arroz, el huevo y el chícharo, pues estaban presentes en casi todos los almuerzos de las escuelas y centros de trabajo, y la gente solía no comérselos porque, además, lo daban casi todos los días.

Ahora, sin embargo, con la caída en la producción de frijoles negros y colorados, el chícharo ha ganado un nuevo lugar en las cocinas cubanas.

Un lugar que, antaño, por ejemplo, no poseía en los hogares.

En miles de casas en la isla se tostaba y molía luego, para añadirlo al café, y así «estirarlo» y hacer que rindiera más. Esta práctica llegó a tal punto que, muchas personas, cuando alguna vez «chocaron» contra una taza de café 100% de café, decían que no les gustaba, por amargo.

Los cubanos lo han cocinado durante años en las ollas de presión, muchas de ellas con la junta envuelta en un trapo y un tenedor o cuchara, calzando el mango. En la actual época de crisis, un trozo de pellejo de cerdo, si se tiene la suerte de conseguirlo, un diente de ajo y cebolla, y un trozo de pimiento, podrían ser suficientes, junto con la sal, para darle el sabor.

A muchos, el chícharo, tan odiado por generaciones pasadas, hasta les provoca nostalgia, y para ellos esta curiosa anécdota transcurrida en la TV cubana que tal vez algunos recuerden.

Gladys Rubio: la periodista que odiaba el chícharo.

El odio nacional por el chícharo llevó en una ocasión al descalabro televisivo de la periodista Gladys Rubio.

Gladys Rubio un día, en vivo, en la Televisión Nacional, hizo una mueca de disgusto y asco por el chícharo delante de Fidel Castro. Desde ese día, le restaron todo el protagonismo televisivo que tenía.

Como ahora Bernardo Espinosa es el enviado especial en el tema energético, Gladys lo era en periodo de huracanes y ciclones. Cada vez que había peligro, a Gladys la enviaban al Centro Nacional de Pronósticos a entrevistar al Dr. José Rubiera y en una ocasión se encontró con Fidel Castro.

Al entrevistarlo con relación a la proximidad de un huracán a la isla, Fidel detalló que a las personas que habían sido evacuadas y enviadas a los albergues, se les daría, además de un par de libras extras de arroz y latas de atún, un par de libras de chícharos. Rubio, al escuchar la palabra, hizo una mueca de disgusto y repitió con asco: ¿chícharo?

  • ¿No te gusta?, le preguntó Fidel.
  • ¡No!, respondió enfática Rubio.
  • ¡Pues tienes que comértelos!, le gritó Fidel.

Rubio, a raíz de ese momento fue sancionada y nunca más levantó cabeza en el NTV. Por supuesto, tampoco fue designada, nunca más, a cubrir la temporada ciclónica en el Instituto de Meteorología y – es obvio – nunca más entrevistó a Fidel.

En el 2016, siete años antes de que le dieran el Premio por la Obra de toda una vida, una especie de homenaje previo al retiro que le dan a todos, Gladys Rubio realizó un reportaje, hablando sobre Fidel y los huracanes, pero de aquel cuento del chícharo y la orden que le dio el difunto Castro, no dijo una palabra.

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