En un operativo conjunto llevado a cabo por el Órgano Antidrogas, la Instrucción Penal y la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), las autoridades detuvieron a Guillermo Tamayo, residente de la calle 29 A, entre 72 y 74, en el barrio de Buena Vista, La Habana. Según reportes publicados en La Página de Mauro Torres 2.0, una página de Facebook vinculada al oficialismo, al Ministerio del Interior, MININT, en Cuba y a la Seguridad del Estado, este individuo estaba implicado en el tráfico ilícito de marihuana, una de las drogas menos «conflictivas», en el mundillo de los estupefacientes.
Testimonios de vecinos afirman que Tamayo aparentaba ser una persona tranquila en la comunidad, mientras operaba clandestinamente en la distribución de drogas. Ana Beltrán, una supuesta residente del área, reveló presuntamente que durante el registro en su vivienda se encontraron más de 100 envoltorios de marihuana, una cantidad significativa de dinero en efectivo y una trituradora de picadura.
“Era increíble imaginar que alguien tan aparentemente común estuviera detrás de algo tan serio”, comentó presuntamente la supuesta vecina.
Y es que de «presuntos» y «supuestos» están llenos siempre los post de «Mauro Torres». Un perfil que usa la Seguridad del Estado para dar a conocer información manipulada y tergiversada que al régimen le interesa filtrar. «Mauro Torres», pionero en este tipo de estrategia que ha influenciado a otras páginas por todo el país como «Fuerza del Pueblo» en Villa Clara; «Las Cosas de Fernanda» en Cienfuegos; y «Con Todos la Victoria» en Matanzas, entre muchos otros perfiles vinculados al oficialismo, es de todos ellos el que más posee el don de la ubicuidad. «Mauro Torres» ha tenido «la suerte» de haberle dado botella a una persona que vio bien lo que sucedió en Alamar, tal día a tal hora; para luego estar también, ¡qué casualidad!, en Centro Habana cuando explotó el Hotel Saratoga; y así indistintamente, conoce gente donde quiera, en cada municipio o provincia del país, que «afortunadamente» es familia o vecino de una víctima X.
El caso de Tamayo no fue el único, como tampoco es única vez que «Mauro Torres» cita a «Elizabeth Ferrer», otra «internauta» disfrazada, también perfil vinculado al MININT. Otra que tiene el don de la ubicuidad. Lo mismo está en Santiago de Cuba que en La Habana; y que, al igual que Mauro Torres, siempre conoce a alguien que vive cerca del lugar de los hechos.
«Elizabeth» informó sobre la captura de otros individuos en Marianao. Por su parte, el «internauta» Javier Gutiérrez, un cibercombatiente de menos abolengo y recién salido al mundo 2.0, señaló la detención de dos personas en La Lisa, aunque no se ha confirmado oficialmente si estos casos están relacionados entre sí.
En redes sociales, muchos usuarios, la mayoría cibercombatientes con rostros falsos y digitalizados con la Inteligencia Artificial, celebraron la efectividad de las autoridades en este tipo de operativos, subrayando la importancia de la denuncia ciudadana para combatir el tráfico de drogas. Desde hace meses, es común encontrar publicaciones que destacan actuaciones policiales contra este delito, en un intento por reforzar el mensaje de “Tolerancia Cero a las Drogas”, promovido desde sectores oficiales y comunitarios.
Sin embargo, es posible que el rostro del presunto delincuente, ni sea real, pues el oficialismo suele hacer estas cosas: saca una cara X de alguien, que es un recluta del MININT, un oficial, o un acólito del oficialismo y lo hace pasar por delincuente.
Lo que sí no es falso es el aumento de reportes de casos relacionados con el tráfico y consumo de drogas en la isla, un fenómeno que ha encendido las alarmas dentro de la población.
A pesar de los presuntos esfuerzos de las autoridades, empeñados en decomisar viandas y hortalizas a los carretilleros y vigilar opositores al régimen, disidentes y activistas humanitarios como Lara Crofs, sectores críticos señalan que estos operativos suelen ser anunciados en plataformas oficialistas, sin ofrecer detalles sobre las estrategias a largo plazo para erradicar el problema. Además, no faltan los cuestionamientos acerca de si la tolerancia cero es aplicada de manera equitativa o si hay implicaciones de mayor alcance no investigadas. Incluso, se asegura, no son más los casos detectados porque «los duros de verdad», los que comercializan más de 4 o 5 paqueticos, tienen comprados a los Jefes de Sector y a los policías que regularmente patrullan por sus zonas.
Con campañas mediáticas que destacan la participación ciudadana en la prevención de estos delitos, las autoridades buscan enfatizar el papel de la comunidad en la lucha contra lo que describen como un «flagelo social». Sin embargo, queda por ver si estas acciones son suficientes para contener un problema que parece ir en aumento en diversas zonas de La Habana y otras provincias.
Los hashtags #ToleranciaCeroALasDrogas y #ContraLasDrogasSeGana acompañan las publicaciones relacionadas con estas detenciones, como parte de una estrategia de comunicación que intenta reforzar la percepción de control y seguridad en la capital cubana, algo que en la realidad no sucede así.
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