Emily Murray, madre soltera, se sometió a FIV para comenzar su familia en marzo de 2020 y quedó embarazada de su hija Elizabeth justo antes del inicio de la pandemia de COVID-19, pero antes de que la bebé naciera a esta se le diagnosticó un raro tumor cerebral, dijo CNN en nota reproducida por WSVN.
En una ecografía de rutina semanas antes de su fecha de parto, los médicos descubrieron una masa en el cerebro de la bebé y los peores temores invadieron a la madre.
Elizabeth fue diagnosticada con un tumor cerebral congénito muy raro y su madre fue inmediatamente referida al equipo de atención fetal en el Hospital Infantil de St. Louis. La ubicación y el tamaño del tumor hicieron que fuera imposible realizar un diagnóstico inmediato. Elizabeth nació en noviembre de 2020, pero los médicos consideraron que era demasiado pequeña para someterse a una cirugía inmediata para extirpar el tumor.
Finalmente, cuando Elizabeth tenía cinco meses y su salud comenzó a deteriorarse, se llevó a cabo la operación para remover el tumor cerebral, que era del tamaño de una toronja. Contra todo pronóstico, los médicos lograron extirpar el tumor en su totalidad. Los pacientes con un tumor cerebral que se desarrolla in utero tienen una tasa de supervivencia del 7-12%, y cualquier daño al cerebro durante la cirugía podría haber llevado a un accidente cerebrovascular.
A pesar de la ubicación central del tumor en el cerebro de Elizabeth, que inicialmente dejó a los médicos inciertos sobre el posible impacto neurológico, en los últimos meses, su desarrollo cognitivo, habla y habilidades motoras finas han mejorado enormemente. Según su madre, todos estos aspectos de su desarrollo están al nivel de los niños de su edad, y en una evaluación reciente, su desarrollo cognitivo se encontró incluso por delante de los niños de su edad.
Ahora, con dos años, Elizabeth sigue trabajando en su fortaleza en terapia física y ocupacional después de ser diagnosticada también con parálisis cerebral del lado derecho leve.
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