La comunidad de La Habana vive momentos de incertidumbre y preocupación creciente ante una serie de desapariciones que han sacudido la ciudad en los últimos meses. Entre los casos más desgarradores se encuentra el de la pequeña Lali Paola Moliner, una niña de apenas tres años, cuya ausencia se siente en el corazón de su familia y vecinos desde hace casi un mes.
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Rosana Álvarez Mayarí, prima de Lali Paola Moliner, en conversación con Cibercuba Noticias, ha denunciado la falta de acción y eficiencia por parte de las autoridades en la búsqueda de la menor.
«Ninguna noticia, es demasiado y no están investigando nada, de lo contrario algo se hubiera sabido”, lamentó Álvarez Mayarí con una mezcla de desesperación y enojo.
La situación es especialmente alarmante considerando el contexto de su desaparición: Lali Paola Moliner fue vista por última vez acompañando a su madre, Teresa Moliner Bosa, quien horas más tarde fue hallada sin vida cerca de la costa en Cojímar, evidenciando signos de violencia. Este macabro hallazgo solo añade urgencia y misterio al caso de Lali Paola.
Pero Lali Paola Moliner no es la única persona cuya ausencia ha dejado un vacío en la capital cubana. Walfrido Hernández, un residente de Alamar, también ha desaparecido, sumiéndose en el silencio más de 24 horas sin que sus seres queridos tengan alguna pista sobre su paradero.
La familia, desesperada por respuestas, ha recurrido a las redes sociales, compartiendo números de contacto y solicitando la ayuda de la comunidad para localizarlo, logrando incluso la atención de Mario J. Pentón, un periodista cubano americano con más de dos millones de seguidores entre todas sus redes sociales, combinadas.
A estos casos se suma el de Karildi Marin, una joven madre cuya desaparición se ha prolongado por casi 100 días. Su hermano, Yoandri Marin, ha expresado su dolor y frustración ante la falta de avances en la búsqueda. «Seguimos buscándote…tu familia no descansa hasta saber de ti», declaró con una mezcla de esperanza y desesperación. La joven fue vista por última vez asistiendo a una fiesta en El Cerro, desde entonces, su familia ha vivido en un estado de angustia constante, especialmente dada la presencia de una hija pequeña que espera el regreso de su madre.
Estos casos reflejan no solo la trágica realidad de las desapariciones en La Habana sino también la aparente ineficacia de las autoridades para brindar respuestas y soluciones. La familia de Lali, junto con las de Walfrido y Karildi, enfrentan un futuro incierto, aferrándose a la esperanza de un reencuentro mientras la comunidad observa y espera que se haga justicia. En medio de esta ola de desapariciones, una pregunta resuena con fuerza: ¿dónde están Lali, Walfrido y Karildi? La Habana exige respuestas, y las familias afligidas, justicia.
