A pocas horas de que sea instalada la décima legislatura del Parlamento cubano, todos parecen dar por sentado que los 470 diputados electos seguirán el guion y reelegirán por otros cinco años a Miguel Díaz-Canel como presidente del Consejo de Estado, y por ende, de la República…
¿Y si no? ¿Y si a última hora, surge otra propuesta, y al “Diazca” se le acaba la continuidad? Parece loco, pero es perfectamente posible; después de todo, el mandato del sucesor de Raúl Castro ha estado marcado por un infortunio tras otro para Cuba, y hay quien dice que el hombre está “osobbo”.
Por otro lado, ahora mismo la presidencia de Cuba es una “papa caliente”, y nadie quiere “quemarse”: deudas, estampida migratoria, corrupción a todos los niveles, desencanto, improductividad, pérdida de valores y falta de credibilidad. Si Díaz-Canel pasa a la historia como “el singáo”… ¿cómo llamarán al que venga atrás?
Pongamos que nada esté escrito, que la Asamblea Nacional del Poder Popular sea en verdad un espacio donde los diputados tienen voz propia y quieren ejercerla, que este 19 de abril haya rostros inesperados en el Consejo de Estado, y que estos –después de mucha discrepancia, concesiones y café- elijan a otro para presidente…
¿Quién sería?
Ya que el deporte nacional en Cuba no es el béisbol, si no la lucha cotidiana, bien podría ser el multicampeón olímpico Mijaín López el elegido para llevar las riendas del país. O podría ser la maestra Digna Guerra, a ver si logra armonizar tantas voces diversas, como mismo lleva años encausando al Coro Nacional de Cuba.
Si la solución de Cuba pasa por un “milagro”, quizás la idónea para la primera magistratura sea Caridad Diego, que lleva años al frente de la Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido. Tal vez sería buena la guía de José Martí, pero algo en Yusuan Palacios no acaba de convencer.
De “las entrañas del monstruo” volvieron los candidatos Gerardo Hernández y Elián González, por cuyo regreso tanto marcharon y se desgañitaron los cubanos a inicios de siglos. Uno dirige los CDR, quizás porque no puede quitarse la vigilancia del ADN, y el otro es ingeniero industrial, con un cargo en ATEC Comercial.
Si todas estas propuestas le ponen los pelos de punta, no olvide que entre los diputados están los comandantes Ramiro Valdés Menéndez y José Ramón Machado Ventura, quienes tienen asiento prácticamente reservado en el Consejo de Estado. Y si demora mucho la sesión, igual Raúl Castro se impacienta y agarra de nuevo la batuta…