Los precios del mal llamado «Ordenamiento Económico» en Cuba, se comportan en la realidad como una espada de Damocles que pende sobre el cuello de cada cubano. Hasta hace cuestión de ¿un año? una Coca-Cola, en el Hotel Presidente se vendía a 100 pesos cubanos pero, según se ha visto en Facebook, su precio ha aumentado hasta los 240; y no precisamente, fría, en las afueras del Hotel Presidente.
Es el precio de una Coca Cola caliente que se expende en una bodega, sita en la calle República entre Pobre y Plazuela, en la ciudad de Camagüey.
Ojo, no es el único precio capaz de sacarle un ojo a cualquier cubano.
Allí mismo, unas galleticas cuestan 400 pesos. Un pomo de refresco de 2 Litros, que en el año 2011 podía adquirirse por 40 pesos, cuesta ahora 733 CUP.
Y ni siquiera es el mayor escándalo.
En la misma bodega, una botella de vino tinto cuesta $1333 pesos. Una botella de Vino Espumoso $933 CUP.
Un pomo de detergente líquido cuesta $140 guayacanes; y una cerveza de botella, $244 cocos. Ojo: guayacanes y cocos es lo mismo: pesos cubanos.
Los precios en esta bodega de Cuba son de verdad para llorar. Allí, en la tierra del Mayor Ignacio Agramonte, un paquete de gelatina – debe ser de 500 gramos – cuesta lo mismo que la botella de vino tinto: $1333 guaniquiquis.
De la calidad ni hablemos. Excepto la Coca -Cola, que debe haberse traído desde México, al igual que la cerveza, el resto de los productos son de dudosa calidad. Las marcas, no muy conocidas.
Los precios en Cuba, al menos de los productos importados, ya ni se rigen por el famoso «2.4%», un gravamen que se le aplicaba a los productos comprados fuera y que en la práctica, nunca funcionó como lo que en papeles era.
Del 2.4, se pasó al 2.8. Luego al 3.4, hasta que poco a poco el margen de ganancia comercial se comenzó a determinar – dicen – que a partir del precio de venta pero nunca se definió cuánto podía alcanzar. Incluso antes del (des)ordenamiento económico, los productos podían venderse al precio que le daba la gana venderlo a la empresa comercializadora. Luego, en las tiendas, se le subía un poquito.
En Cuba, actualmente, y por citar un ejemplo, el precio de la carne de cerdo importada desde España se multiplica por más de 12 veces.
De acuerdo con datos publicados por la Oficina Económica y Comercial de España en La Habana, los empresarios españoles vendieron carne de cerdo al gobierno castrista por valor 19.488 euros en los nueve primeros meses del actual año.
Pero ese porcentaje ni siquiera es tan escandaloso como el hecho de que Cuba tenga que importar cerdo, desde España.
Estamos hablando de una isla donde incluso, en al menos un balcón de cualquier apartamento de un edificio, se críaba un cerdo.
Los precios en Cuba varían de Oriente a Occidente, es cierto, pero en La Habana, lugar que suele tomarse como referencia, hay cosas que están por las nubes.
Tal es el caso de un saco de arroz, que puede llegar a costar hasta 7000 pesos.
Una colaboradora de Cuballama Noticias afirma que ella, recibe de los EE.UU. en remesas, 400 Usd todos los meses.
«No me alcanza. A finales de mes estoy con la soga al cuello.»
«Betty» da gracias que todavía ella, «con contactos», logra comprar la libra de carne de cerdo a 420 la libra; y el saco de arroz a 5500.
«La caja de pollo, por suerte, también la consigo barata: a $5500 CUP, pero los precios acá en La Habana, en Cuba, están que no hay vida. Es un sufrimiento. Imagínate, que la libra de carne de res está a 550 y un cartón de huevo en 1500.»
«Betty» dice que la bola de queso gouda se vende solo en MLC, y está tan cara – a 45 dlrs – que nadie la compra.
«No hay detergente en polvo en las tiendas. Aparece en la calle, y te lo venden a peso el gramo. Un paquete de 500 gramos de detergente en polvo te cuesta 500 pesos.»
Los precios de los alimentos en Cuba obligan a muchos a comer, por ejemplo, el llamado «bofe». Betty afirma que eso es «lo único barato».
«El corazón y la lengua te lo venden en 150 pesos; ¿pero quién puede vivir a base de eso?,» se pregunta.
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