El hallazgo de un narcotúnel que unía a la ciudad de Tijuana con San Diego, de más de 1700 pies de largo y varios metros de ancho, ocurre en medio de una crisis fronteriza que ha abrumado la seguridad en los EE.UU., con un número récord de inmigrantes que intentan cruzar a territorio norteño a través de la frontera sur con México. Miles de ellos son cubanos.
Según estadísticas publicadas recientemente, las autoridades federales tuvieron más de 32 000 encuentros con migrantes cubanos en la frontera terrestre en marzo, el doble que el mes anterior.
Sin embargo, al parecer los cubanos no utilizan la vía de los túneles subterráneos y los contrabandistas tienen delimitadas muy bien sus ideas. El negocio de los inmigrantes no es tan lucrativo como las drogas y «arriesgar» la seguridad y operatividad de un narcotúnel para introducir inmigrantes no es negocio rentable.
A los cubanos les han quedado dos vías: o se avientan a través del largo y cruento desierto de Arizona, con sus insectos y reptiles tan peligrosos como el calor y lo agreste del terreno, y de paso se aventuran a cruzar por el río Bravo. O lo intentan vía marítima.
“Ya seas cubano o nicaragüense, ecuatoriano, mexicano o de cualquier otro país del mundo, este sigue siendo el lugar más peligroso para cruzar”, dijo a Local10 News el subjefe del agente de patrulla Robert García al referirse a la zona que parece ser, «la preferida» por los migrantes de la isla.
Según estadísticas del CBP, luego de «compilar» más de 32 000 encuentros con migrantes cubanos en la frontera terrestre en marzo, el doble que el mes anterior, los cubanos parecen preferir el cruce por tierra. Aunque esto incluye mojarse o no, en el río Bravo.
Esta comparación está hecha teniendo como referencia a los llamados balseros; método «tradicional» de fuga que empleaban los cubanos hasta que se descubrió «la ruta». Primero a través de Ecuador, con algunos grupos «escapados» desde Venezuela y otros, «arribados» por Guyana.
Todo marchó, con números relativamente aceptables hasta que Nicaragua le abrió sus puertas al éxodo cubano y este de allí, pasó a México, en menos de sesenta días, tras un breve paso por Honduras y Guatemala. Con suerte, dicen, puedes llegar a la frontera de México con los EE.UU. en un mes.
La crisis económica y humanitaria que vive la isla de Cuba está impulsando a muchos cubanos a querer irse del país, aunque algunos presumen ingenunamente que el «deshielo» proporcionado por la administración de Joe Biden justo ayer 16 de marzo, frenará el mismo.
En todo caso, muy tras bambalinas, es probable que Cuba se haya comprometido con los EE.UU. en «pedirle» a Nicaragua que quite lo del visado libre para los cubanos, y con ello frenar la fuga de sus ciudadanos. Puede que refuerze las costas, también, y queda por ver si su aparato comunicacional puede convencer a cientos de miles de cubanos que no se arriesguen en balsa, o a cruzar el río Bravo o el árido desierto de Arizona.
Mucho menos, usar un narcotúnel. Que si existiera…
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