Un nuevo contingente de médicos cubanos ha aterrizado en Italia, esta vez compuesto por 166 profesionales que se incorporarán al sistema de salud del país europeo, una medida que ha sido celebrada por las autoridades italianas, pero que ha generado controversia en Cuba. La salida de tantos médicos hacia misiones internacionales sigue profundizando la crisis sanitaria en la isla, donde la escasez de personal médico en hospitales y policlínicos ha alcanzado niveles alarmantes en los últimos años.
El último grupo de médicos cubanos ha sido enviado a la región de Calabria, al sur de Italia, y se suma a los 267 ya activos en esa región, alcanzando un total de 333 doctores cubanos trabajando en tierras italianas. Estos profesionales fueron recibidos con entusiasmo por las autoridades locales, quienes enfrentan graves carencias de personal en el sector de salud, especialmente en áreas críticas como la emergencia-urgenza.
Antes de incorporarse a sus nuevos puestos, los médicos cubanos pasarán por un curso intensivo de lengua italiana en la Universidad de la Calabria (UniCal), en Cosenza. Posteriormente, se distribuirán en varias provincias de la región: 18 en Catanzaro, 17 en Vibo Valentia, 12 en Crotone, 9 en Reggio Calabria y el resto en los hospitales de Cosenza. Este esfuerzo busca reforzar las áreas de urgencias, clave en la atención sanitaria de la región.
La llegada de los médicos cubanos fue compartida en sus redes sociales por el principal responsable de la presencia de ellos en Italia: Roberto Occhiuto, político italiano, presidente de la región de Calabria desde 2021 y subsecretario de Forza Italia desde 2024.
Impacto en el sistema sanitario cubano
Aunque la exportación de servicios médicos es una fuente importante de ingresos para el gobierno cubano, la constante salida de profesionales hacia misiones en el extranjero está teniendo un impacto devastador en el sistema de salud de la isla. Desde hace años, los cubanos se quejan de la falta de médicos en los hospitales y centros de salud locales. Las largas esperas para ser atendidos, la falta de especialistas y el deterioro de las instalaciones han generado un malestar creciente entre la población.
La «fuga» de médicos, aunque no involuntaria, deja a los cubanos en una posición de vulnerabilidad, pues muchos de los doctores más capacitados son enviados al extranjero. En Cuba, encontrar un médico en un policlínico se ha vuelto un reto, y los pacientes a menudo son redirigidos a otros centros con la esperanza de ser atendidos, muchas veces sin éxito. Esta situación ha derivado en un sentimiento de abandono entre la población, que ve cómo los servicios médicos se destinan a otros países mientras la calidad de la atención en la isla sigue disminuyendo.
La misión médica cubana: una espada de doble filo
El envío de médicos a otros países no es un fenómeno nuevo. Desde hace décadas, Cuba ha exportado sus servicios médicos, primero con fines humanitarios y luego como una fuente de ingresos. Según reportes, el gobierno cubano obtiene una significativa parte de sus ingresos a través de estos programas, donde los médicos cubanos son contratados por gobiernos extranjeros en virtud de acuerdos bilaterales.
En Italia, la presencia de médicos cubanos ha sido bien recibida, especialmente en regiones como Calabria, donde la falta de personal sanitario ha sido un problema crónico. Sin embargo, detrás de esta colaboración internacional, se oculta una realidad más sombría para los médicos cubanos, quienes reciben solo una fracción de los ingresos que el gobierno cubano obtiene por sus servicios. La mayor parte del salario que pagan los países anfitriones va a parar a las arcas estatales, mientras los médicos reciben una pequeña compensación en comparación con sus contrapartes locales.
Este esquema ha sido objeto de críticas internacionales, y muchos lo consideran una forma moderna de explotación laboral. A pesar de las quejas y las dificultades, los médicos cubanos continúan siendo enviados en misiones internacionales, dejando una brecha cada vez mayor en el sistema de salud cubano.
Un dilema sin solución a la vista
El gobierno cubano se enfrenta a un dilema: seguir enviando médicos al extranjero para obtener ingresos, o retenerlos en el país para mejorar la atención sanitaria. Mientras tanto, los ciudadanos de la isla son los que más sufren las consecuencias. Los hospitales cubanos, alguna vez elogiados como modelos de excelencia médica, ahora luchan por proporcionar un servicio básico, con menos personal médico y una creciente demanda de atención.
La llegada de otros 166 médicos cubanos a Italia es solo el último capítulo de una historia de éxodo médico que afecta tanto a los países receptores, como a la isla que los ve partir. Aunque Italia recibe con los brazos abiertos a estos profesionales, en Cuba las familias se quedan esperando, no solo a sus médicos, sino a una solución que alivie la crisis de salud que azota al país.
La pregunta que muchos se hacen es: ¿cuánto tiempo más podrá sostenerse este sistema antes de que las consecuencias sean irreparables? Mientras tanto, los médicos cubanos siguen saliendo «en misión», dejando un vacío imposible de llenar en los hospitales cubanos.
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