La cuestión de los desaparecidos en Cuba y la posible responsabilidad del Estado es un tema complejo y polémico. Según el artículo 51 de la Constitución de Cuba, se prohíbe la desaparición forzada, la tortura y los tratos crueles o inhumanos, y esto establece una base legal contra las desapariciones forzadas, pero no necesariamente refleja la situación en la práctica.
Pero no todas las desapariciones son políticas; de esas hablaremos en otra ocasión. Están las otras: las de una persona que sale de su casa sin decir dónde va y no regresa durante un tiempo por voluntad propia; las de los que son secuestrados – caso de Yeniset Rojas en Ranchuelo, por ejemplo; las de aquellos que planifican en silencio una salida del país sin decirle a nadie y mueren en la travesía. Y otros muchos casos.
Cuba, siendo un estado autoritario con un sistema de partido único codificado en su constitución de 2019, donde el Partido Comunista es el único partido político legal que controla todos los medios de información y los organismos que a su vez tienen esa información, no actúa con prontitud ni transparencia.
Pongamos un ejemplo que conozco de cerca: Eunice Díaz. Tenía FM3 para viajar a México. Decidió irse del país sin decirle a nadie, tras un altercado familiar. Fue al aeropuerto a comprar un pasaje. Viajó a México y de allí emprendió la travesía hacia los EE.UU. Nunca más apareció, y la policía, a pesar de estar advertida de que Eunice podía haber salido del país, al parecer jamás contactó con el Departamento de Inmigración, a pesar de que ambos organismos pertenecen al MININT. Once meses después, Eunice, ya más calmada al parecer, decidió arreglar las cosas con su familia, que estuvo – repetimos – once meses sin conocer de su paradero, por «un trámite», que pudo haberse resuelto en días, si la PNR y los investigadores del MININT hubiesen actuado como corresponde.
Su caso es «similar» al de cientos de balseros cubanos que han estado meses en Bahamas, sin que el gobierno de ese país, ni el gobierno cubano, les hagan saber a sus familiares en la isla que están vivos. Estos, en ausencia de información oficial, hasta los han dado por muertos en el mar.
El caso del niño Yosvany Villar Ávila: un caso significativo del proceder de la supuesta «5ta mejor policía del mundo».
Yosvany Villar Ávila, un niño de 14 años desaparecido de su hogar desde diciembre de 2020 en La Habana, fue encontrado muerto dos años después, en el municipio Diez de Octubre.
El cadáver se halló en la Loma de Chaple, Santos Suárez, tras la confesión del presunto asesino, un vecino llamado «Ariel», de 29 años, quien ya había estado en prisión por un caso similar, y a quien la madre de Yosvany, Airovis Ávila Pérez, había señalado como sospechoso, siempre, desde las primeras horas.
Cansada de la demora policial, su madre pidió ayuda en redes sociales, y hasta le envió un mensaje al presidente Miguel Díaz-Canel. A partir de ese momento la familia enfrentó presiones para no hablar con medios independientes.
El caso de Yeniset Rojas, anteriormente mencionado es significativo. Yeniset desapareció en un tramo de unas diez cuadras, en Ranchuelo, Villa Clara. Donde habría a lo sumo, 200 casas. A pesar de que la familia señaló que, en ese tramo que debió recorrer Yeniset vivía «un sospechoso», la policía nunca se tomó en serio esta denuncia. Resultado: el cuerpo de Yeniset fue encontrado 8 meses después en casa de ese sospechoso que la familía denunció desde un inicio. ¿Cuánto le hubiese demorado al gobierno revisar esas 200 casas? Horas quizás, pero no se hizo y Yeniset murió, aparentemente tiempo después de ser secuestrada, violada y presuntamente torturada.
La Comisión Internacional sobre Personas Desaparecidas (ICMP) tiene un mandato para asegurar la cooperación de los gobiernos y otros actores en la localización de personas desaparecidas; y esto sugiere que la cuestión de los desaparecidos es un problema reconocido a nivel internacional.
Sin embargo, el gobierno cubano niega la existencia de desaparecidos, minimiza las desapariciones, y la estructura del estado y las restricciones a las libertades civiles en Cuba generan dudas sobre su «cooperación» en esta materia.
Los testimonios de los familiares de estos desaparecidos coinciden —en su mayoría— en señalar el poco interés de la Policía, ya no solo en tratar de resolver la desaparición, sino en el tratamiento hacia los familiares, a los que en ocasiones les dicen que deben hallar al desaparecido con sus propios recursos.
señalaba el 26 de diciembre, en un artículo, Diario de Cuba
La responsabilidad del Estado, teniendo en cuenta de que no ha establecido un sistema de alerta temprana a nivel nacional para los casos de las desapariciones, es lógica entonces.
Casos recientes han sido dados a conocer en la prensa independiente; engrosándose así la larga lista de desaparecidos en Cuba. Los reportes de personas desaparecidas en Cuba han aumentado, junto con las peticiones de ayuda en redes sociales y críticas a la actuación policial en estos casos.
Ahora ha salido a la luz el caso de Milagros Tabares, una anciana cubana, que ha estado desaparecida desde el 24 de agosto de 2017. Su ausencia, que ha durado casi siete años, fue recientemente recordada en redes sociales.
Tabares, que mide 1.70 metros, podría haber cambiado su aspecto físico con el tiempo. La familia, llena de esperanza y fe, sigue buscándola y ha proporcionado varios números telefónicos para contactar en caso de tener información sobre su paradero.
Está el caso de Ruperto de Armas Pérez, de quien su familia dice «lleva desaparecido más de 15 días».
Ruperto es oriundo del poblado de Aguacate, y su familia dio a conocer su caso en una publicación donde se abordaba el apuñalamiento en días pasados de tres personas en esa localidad ubicada en la provincia de Mayabeque.
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En la propia publicación, dos mujeres mencionaron el caso de la desaparición hace cuatro años de un señor, en Flores, municipio de Playa, en La Habana, quien sería presuntamente el padre de la artista plástica cubana Rachel Valdés, por entonces, pareja del cantante español Alejandro Sanz.
Y está el caso actual de la joven Karildi Marín, quien lleva desaparecida de su hogar desde el pasado 14 de diciembre. Es decir, hace ya 21 días.
Yoandri Marín, el hermano de Karildi Marín, ha solicitado ahora ayuda a transportistas y motoristas, y pide a quienes pudieron haber visto o transportado a su hermana desde la fecha de su desaparición, que proporcionen información, asegurando confidencialidad.
Karildi Marín fue vista por última vez en una fiesta en Cerro. La familia especula que podría estar retenida contra su voluntad.
La familia, angustiada tras tres semanas sin noticias, contempla incluso la posibilidad de que Karildi haya salido del país, y hasta han recibido una falsa llamada de rescate desde México.
Karildi, de 24 años y es madre de una niña.
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