La isla de Cuba ha sido recientemente sacudida por una serie de desapariciones alarmantes, incluyendo la de un niño y un joven pescador, que han generado gran preocupación y críticas hacia las autoridades por su respuesta a estos incidentes.
En Santiago de Cuba, David Castro Castillo, un joven pescador de 25 años, desapareció en circunstancias trágicas.
Anurgis Pérez Ferrer, su pareja embarazada, denunció en redes sociales que Castro Castillo desapareció mientras pescaba en la playa El Francés.
A pesar de ser visto a una distancia considerable y de los esfuerzos de su novia y otros testigos para alertar a las autoridades, la respuesta de estas fue lenta, plagada de ineficiencias y engaños.
Pérez Ferrer describió con angustia cómo las llamadas de emergencia se hicieron repetidamente sin obtener una respuesta efectiva. La falta de recursos, como combustible para las embarcaciones de rescate, y la aparente desorganización de los equipos de salvamento, han sido señaladas como ejemplos de negligencia por parte de las autoridades de la provincia.
En una descripción muy sensible de los hechos, la joven arremetió contra las autoridades al señalar:
«Por Dios como es posible que esto suceda un Gobierno que dice por todos y por el bien de todos ” Mentira” por el bien de ellos, que Cuba avanza pues para mí estamos llegando a la prehistoria . Fidel murió y con él murió todo, este Gobierno no respeta a su pueblo.»
En otro caso preocupante, un niño de 12 años, Dairon Clave García, desapareció en La Habana. La activista cubana Diasniurka Salcedo Verdecia compartió la noticia, indicando que el niño fue visto por última vez el 31 de diciembre. La familia del menor, desesperada, ha notificado a la policía y ha solicitado la ayuda del público para encontrarlo. La foto del niño y los detalles de su última ubicación conocida se han difundido ampliamente en un esfuerzo por localizarlo.
A estos dos casos se suma el de la joven Karildi Caridad Marín, que lleva ya tres semanas desaparecida en La Habana, y que según su propio hermano, Yoandri Marín, se encuentra viva, pues al menos eso le han hecho saber personas que la han visto.
Estos casos subrayan la creciente preocupación por la seguridad en Cuba y la eficacia de las respuestas de emergencia. La comunidad cubana, tanto en la isla como en la diáspora, sigue esperando respuestas y exige una mayor responsabilidad y transparencia por parte de las autoridades en estos casos desgarradores.
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