El cineasta cubano Orlando Mora Cabrera fue liberado el pasado sábado tras permanecer detenido durante casi cuatro horas en La Habana. Su arresto, llevado a cabo por agentes del Ministerio del Interior, ocurrió poco después de que Mora denunciara la censura de su cortometraje «Matar a un hombre» en el 45º Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.
Según relató el propio director, su película, que aborda temas de violencia y control sobre los cuerpos desde una perspectiva crítica, fue excluida de la programación oficial del festival. Aunque inicialmente estaba programada para su exhibición, diversas suspensiones atribuidas a cortes eléctricos impidieron su proyección. Mora sospecha que la verdadera razón detrás de estas cancelaciones es la homofobia institucional, dado el contenido de su obra, donde muestra a un oficial de la PNR con inclinaciones homosexuales.
La actriz y activista trans Kiriam Gutiérrez, coprotagonista del cortometraje, también denunció la censura a través de sus redes sociales, calificando al régimen cubano de «opresor, homofóbico y transfóbico». Gutiérrez compartió experiencias personales de acoso y violencia, reflejadas en la narrativa de la película, que retrata la realidad de muchas personas en la isla.
A pesar de los obstáculos, «Matar a un hombre» logró ser exhibida en espacios alternativos, como la Fundación Ludwig de Cuba, en colaboración con la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV), y en el espacio «Cine Bajo las Estrellas», con el apoyo de la Embajada de Noruega en Cuba. Estas proyecciones contaron con una asistencia significativa, superando la capacidad de los recintos y requiriendo múltiples exhibiciones para satisfacer la demanda del público.
La detención de Mora Cabrera
La detención de Mora Cabrera ha sido interpretada como una represalia por sus denuncias públicas contra la censura y la falta de libertad artística en Cuba. La Asamblea de Cineastas Cubanos (ACC) emitió un comunicado expresando su solidaridad con el director y condenando las acciones de las autoridades, calificándolas de «irregularidades» y «abusos institucionales» contra los creadores en el ámbito cultural.
Este incidente se suma a una serie de episodios recientes que evidencian la censura y el control ejercidos por las instituciones culturales cubanas sobre las producciones artísticas que abordan temas considerados sensibles o contrarios a la narrativa oficial.
La exclusión de obras como «Matar a un hombre» del Festival de Cine de La Habana refleja las tensiones existentes entre los creadores independientes y el aparato cultural del Estado, que continúa imponiendo restricciones a la libertad de expresión y a la diversidad temática en el arte.
A pesar de su liberación, Mora Cabrera no ha ofrecido detalles adicionales sobre su detención ni sobre posibles acciones futuras; y apenas se limitó a decir que ya estaba en casa.
Sin embargo, su caso ha reavivado el debate sobre la censura en Cuba y ha puesto de manifiesto la necesidad de espacios más abiertos y tolerantes para la expresión artística en el país.
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