¡Ya está resuelto! En Cuba ahora hay de todo: desde viandas hasta ladrillos, según una entusiasta campesina.

En Cuba ya no hay crisis ni escasez. Si alguien tenía dudas, puede irse quitando esas malas ideas de la cabeza. Esta semana, en un video transmitido por la televisión cubana, una campesina del oriente del país anunció que ellos tienen «de todo». ¡Y lo dijo en serio!

Según la protagonista de esta epopeya agrícola, Madeleine Sosa Meneses, Directora de la IPA Manifiesto de Montecristi, en su tierra fértil no falta nada. Repitámoslo para que no queden dudas: «Toda la gama de vianda, toda la gama de vegetales y hortalizas».

Se lo dijo no una, sino como cinco veces al mismísimo Díaz-Canel que lo tenía parado delante. Por si estaba sordo; o por si alguno de los que estaba con él estaba sordo, medio sordo o sordo y medio.

¡Y eso no es todo! Hay carne, leche, tabaco, semillas, plantas injertadas, ladrillos, prestación de servicios, sinergia con proyectos y —por qué no— probablemente unicornios, ovnis y el Santo Grial, sembrados entre la yuca y el boniato.

Para qué engañarnos: después de semejante lista, la FAO debería venir a Oriente a aprender cómo se logra el milagro alimentario y constructivo al mismo tiempo. Porque aquí no solo producen comida, también producen ladrillos, un material estratégico para construir (quién sabe, quizás las propias tiendas MLC donde después venden el pollo a 10 dólares el muslo).

La intervención fue tan conmovedora que Díaz-Canel solo atinó a asentir como quien se encuentra de frente con un pasaje del «Libro de los Milagros» en pleno siglo XXI. ¡Claro que sí, compañero presidente, en Cuba todo va viento en popa! Solo falta que nos comuniquen en el próximo parte oficial que ya sembraron Wi-Fi y que la cosecha viene buena.

El nivel de abundancia descrito superó incluso a la famosa entrevista de Marianao de 2022, aquella en la que Yakemi Amate, en tono de sátira, había asegurado que en su barrio había pollo «todos los días» y que «no había que hacer colas». ¿Se acuerdan de eso?

Pero claro, Yakemi «se fue de bonche» —como luego confesó— mientras que esta campesina orienteadísima hablaba con la seriedad de quien ha descubierto el Nirvana productivo.

tal vez quieras leer: La cubana viral de Marianao aclaró que todo fue un chiste contra la censura 

No sabemos si reír o llorar. Lo cierto es que, mientras en las calles de la isla las colas, los apagones y la escasez siguen siendo parte del pan nuestro de cada día (y a veces ni pan), en ciertos segmentos de la televisión cubana se transmite la imagen de un país donde uno se resbala de tanto boniato, se enreda en matas de tomate y se tropieza con ladrillos sembrados al lado de la malanga.

Así que ya lo saben: si usted siente hambre, si el refrigerador le gruñe como león salvaje y el apagón le dura 12 horas, tranquilo. Es que usted no ha hecho sinergia con el proyecto «profe» y no ha sembrado ladrillos. ¡La culpa es suya!

¿Dónde queda ese paraíso? En Jobabo, Las Tunas. Quizás muy pronto lancen paquetes turísticos: «Venga a Cuba, tierra donde florecen las viandas, los ladrillos y las promesas eternas».