Devota donde las haya, la cantante cubana Dianelys Alfonso, más conocida como La Diosa, celebró este martes su primera década de haberse hecho santo, que en la cultura yoruba significa volver a nacer como hijo de una determinada deidad.
“Hoy cumplo 10 años de Santo. Gracias, Changó, por darme todas las bendiciones que he recibido. Por librarme de guerras, por darme salud, por quitarme enemigos, por no dejar que lenguas me destruyan, por darme felicidad, por protegerme, por darme cada cosa que te he pedido”, escribió en redes la artista.
“Felicidades, papá. Qué vivan los hijos y las hijas de cabo”, señaló la practicante de la religión yoruba tras poner vino y una vela roja y sonar la maraca delante de su altar a Changó, el dios orisha del trueno y del rayo.
La también cantante Yeny Valdés, que estrenó recientemente un tema con La Diosa y es otra ferviente creyente, fue una de las primeras en felicitar a su coterránea.
“Muchas Felicidades, que Changó te bendiga y te proteja. Que gane todas tus batallas y que te libre de todo lo malo. Bendiciones”, expresó la otrora integrante de la popular orquesta cubana Van Van, radicada como La Diosa en Estados Unidos.
“Ashé, amor, bendiciones. Enhorabuena. Que cumplas muchos años más. Que el padre mío, Changó, te libre siempre de todo lo malo”, comentó una seguidora de La Diosa, quien, desde que se asentó en Miami con su familia en enero de 2023, ha dado un vuelvo radical a su vida y ha podido cumplir muchos sueños, como desarrollar su carrera como solista, comprarse casa y carro en Estados Unidos, o cambiarse el color de los ojos.
“Muchas felicidades. Que Changó te siga bendiciendo con salud, paz, reposo y larga vida, con unión familiar y con mucho ashé. Eres muy humana y natural. Feliz día”, añadió otras internauta.
La figura de Changó, también el dios de la guerra y del fuego para los yorubas, etnias originarias de Nigeria, Benin y Togo introducidas en Cuba durante la época colonial, se asocia a la danza.
Uno de los santos yorubas más venerados en Cuba, sincretizado en la religión católica con Santa Bárbara, Changó encierra casi todas las virtudes y los defectos humanos.
Hijo de Yemayá y Aggayú Solá, aunque fue criado por Obbatalá, Changó tenía una alegría perenne y grandes dotes de bailador.
Dicen que en su vida terrenal Kabiosile, como también se le llama, reinó en la ciudad nigeriana de Oyó.
Dueño de los tambores Batá, su trono por naturaleza es la Palma Real, y los colores que le simbolizan son el rojo y el blanco alternados. Otros de sus símbolos son el hacha petaloide, la espada maraca, la copa y la bandera roja.