El caso de la anciana, identificada como Zenaida, generó una ola de solidaridad en redes y enseguida apareció la ayuda por parte de una trabajadora social
La historia de Zenaida, una anciana habanera que vive en condiciones deplorables, ha conmovido a miles en redes sociales, luego de que una joven identificada como Daylin González compartiera su encuentro fortuito con ella cuando regresaba del gimnasio.
Según narró en una publicación en Facebook, Daylin se topó con Zenaida mientras esta cruzaba una transitada calzada sin mirar a los lados. Usaba un viejo andador y caminaba lentamente, ajena al tráfico que la rodeaba. Daylin no solo la ayudó a cruzar, sino que, tras escuchar el ruego desesperado de la anciana –“Por favor, no me dejes sola, me puedo caer”–, decidió acompañarla hasta su casa. Durante el trayecto, notó que la mujer presentaba signos de desorientación.
Al llegar a la vivienda, Daylin quedó impactada por el grado de deterioro del lugar. Sin refrigerador, sin alimentos, sin agua potable ni ropa de cambio, Zenaida sobrevive gracias a la caridad de dos vecinos. La casa está en ruinas, con excrementos visibles, una arrocera calcinada y ningún utensilio útil. “Vive como un perro apaleado”, escribió Daylin, incapaz de contener el llanto ante lo que presenció.
El caso ha generado una oleada de solidaridad. Varios usuarios ofrecieron ayuda inmediata: desde llevar alimentos hasta gestionar el ingreso de Zenaida a un asilo. Una trabajadora social llamada Yazuri Garrido confirmó en los comentarios que la había acogido temporalmente en su casa para bañarla, alimentarla y evaluar opciones.
No obstante, la solución definitiva parece lejos. Varios comentaron que, en Cuba, el ingreso a ciertos asilos religiosos solo es posible si el anciano cede su propiedad a cambio de cuidado. Otros alertaron sobre los riesgos de entregar a una persona vulnerable a desconocidos, ante la precariedad del sistema estatal.
Vecinos sugirieron acudir a instituciones locales como el Gobierno del municipio Habana del Este, el CAM, o el área de Trabajo Social del policlínico correspondiente. Mientras, la imagen de Zenaida sigue circulando, interpelando a una sociedad que ha normalizado el abandono de sus adultos mayores.
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