Héctor Cocho y Esteban Rodríguez: más allá del destierro

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Héctor Cocho y Esteban Rodríguez son amigos. AMIGOS. Esta palabra encierra parte de la explicación de la salida de ambos de Cuba.

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Hay que decir también que Esteban se encontraba preso sin causa. Ocho meses. Su «expediente», plagado de irregularidades e inconsistencias dormía el amargo sueño en una gaveta. Las irregularidades eran tantas que ni la misma fiscalía se atrevía a presentar el legajo en un tribunal.

Entonces encontraron la solución para sacar no al último, sino al más incómodo de los detenidos en la sentada de Obispo: el chantaje.

Héctor Luis Valdés Cocho, periodista independiente, el amigo de Esteban Rodríguez, les había hecho saber a las autoridades cubanas que él no se iría de Cuba; pero cuando Esteban, su AMIGO, le contó lo que estaba sufriendo en la cárcel, cuando en la mesa de negociación entró la ecuación de salida de la cárcel y del país, Héctor decidió sacrificarse. Luego vendría el engaño y la mentira. El gobierno lo había planificado bien todo.

Atrás quedaría la pareja, la esposa, los hijos. La familia. Los amigos. Tanto los de uno, como los del otro.

Rodríguez fue trasladado por las autoridades directamente, y encadenado, del centro penitenciario Combinado del Este hacia el Aeropuerto Internacional José Martí. No pudo despedirse de su familia, solo su madre pudo estar con él unos breves minutos en la terminal aérea.

Durante el tiempo que permaneció preso hizo una huelga de hambre; se contagió dos veces de Covid-19, y estuvo además sometido a torturas físicas y psicológicas.

Para que su excarcelación fuese efectiva, Héctor Luis Valdés Cocho tuvo que acceder a salir con él del país. Aceptó el chantaje de la Seguridad del Estado a cambio de sacar de la cárcel a su amigo.

El apoyo recibido

Carolina Barrero, amiga de ambos, afirma que «Esteban y Héctor no se han marchado.»

«Esteban y Héctor no se han marchado. Los tres millones de emigrados no se han marchado. Estamos en ella, y no tendrá lugar en esa certeza el influjo opresor,» ha dicho esta cubana que, si quisiera, mañana mismo pudiera irse para España, pero no lo hace.

En un post tan revelador como doloroso, Barrero afirma que «los ojos de Esteban, los de Héctor, reflejan un desgarramiento arcano, desolador.»

«Los ojos de Esteban, los de Héctor, reflejan un desgarramiento arcano, desolador. La trampa de la seguridad del Estado es siniestra pero no inefable, conocemos su argumento, el deterioro de su lenguaje», dijo la joven en su perfil personal de Facebook.

Las palabras de la curadora y activista cubana Carolina Barrero llegan a raíz del exilio forzoso – destierro – de los periodistas independientes Esteban Rodríguez y Héctor Luis Valdés.

No es la única cubana que ha dado su opinión en contra de lo que parece haberse convertido en la práctica habitual más reciente del gobierno cubano para quitarse de encima las voces críticas.

Advirtió además que «es la dictadura la única que ha abandonado a los cubanos a una deriva de sumisión en el beneficio abyecto y corrupto de unos pocos», mientras desde La Habana piensa en los sucesos que, en las últimas 48 horas han marcado la vida de Esteban Rodríguez y de Héctor Luis Valdés, ambos miembros del Movimiento San Isidro (MSI).

«Quiero dejar algo muy claro. Es la dictadura la única que ha abandonado a los cubanos a una deriva de sumisión en el beneficio abyecto y corrupto de unos pocos. Ahí están los más de novecientos presos políticos. Uno de ellos ha sido, todavía es, Esteban, sangrantes aún las llagas de las shakiras», escribió.

Otros cientos, miles de cubanos han criticado también el destierro forzado de Esteban Rodríguez y Héctor Luis Valdés Cocho.

«No quiero un preso ni un desterrado más, basta ya de que esas cosas pasen en mi país. Me indigna, lo considero inmoral y va a llegar un momento en que no voy a aguantar más y no sé de lo que sea capaz», advirtió a través de un video la activista Daniela Rojo.

«Las llagas que Esteban tiene en sus tobillos por las shaquiras, son la muestra de las torturas que realizan a diario en las cárceles cubanas», sentenció por su parte la curadora de arte Anamely Ramos.

Anamely fustigó con su mensaje al Estado cubano y confirmó que Esteban Rodríguez estuvo ocho meses en una cárcel y sin petición fiscal.

Sobre este hecho, sobre el «expediente pendiente» dijo:

«Es una muestra de que ustedes no se respetan ni a ustedes mismos; es la muestra, otra más, de que el sistema judicial cubano es una farsa.»

La periodista independiente María Matienzo justificó las acciones de su amigo Héctor Luis Valdés Cocho y arremetió fuertemente contra aquellos que lo criticaron por aceptar la negociación con la Seguridad del Estado. Héctor, repetimos, no actuó solo. Habían dos vidas en juego.

«Cuando la vida o la libertad de un amigo está en peligro y vienen los opinadores a cuestionar por qué cedió a la presión, en mi muro empiezan a sobrar. Váyanse ustedes mismo que no aportan nada», sentenció.

Esteban Rodríguez y Héctor Luis Valdés Cocho fueron desterrados de Cuba.

Esteban Rodríguez y Héctor Luis Valdés Cocho no salieron de Cuba por su propia voluntad.

Este es un detalle clave para entender todo lo que sucedió después. Si se quieren explicar la inmensa ola de solidaridad recibida por ambos, incluso por el presidente de El Salvador, hay que tener claro que:

  • fueron presionados (en el caso de Esteban, llevado al extremo: ocho meses de cárcel sin causa judicial, sin expediente
  • fueron chantajeados
  • fueron expulsados
  • fueron desterrados

Esteban Rodríguez permaneció ocho meses preso en una cárcel cubana, con esposas puestas en los pies, en ocasiones en una celda incómoda y estrecha, oscura y maloliente por participar en una sentada – especie de protesta pacífica – en la vía pública, a favor del artista independiente reprimido y marginalizado: el artista negro, Luis Manuel Otero Alcántara.

Esto es clave para entenderlo: el racismo sistémico del gobierno cubano que se ha ensañado contra todos los vínculos cercanos del artista.

El gobierno negocia dos piezas de cambio. Ambos negros. Ambos criminalizados hasta el extremo: Luis Manuel Otero Alcántara y Maykel Osorbo.

De seguro, con ambos, también negocian el destierro.

Esteban Rodríguez y Héctor Luis Valdés Cocho fueron obligados a abandonar Cuba.

Tras hacer una escala en El Salvador, Esteban Rodríguez y Héctor Luis Valdés Cocho conocieron que Nicaragua no les daba permiso de entrada su país tal y como Cuba les había «garantizado». Nicaragua, un país que a finales de año decidió eliminar el requisito de solicitud de visa para los ciudadanos cubanos, cedía así al chantaje y la presión de su gran aliado, tutor y maestro: el gobierno cubano.

Sin VISA para entrar a El Salvador, sin posibilidad de viajar a Nicaragua y a sabiendas que habían sido expulsados de Cuba, desterrados, advertidos que no se les dejaría entrar más, los activistas lanzaron la alarma.

Organizaciones defensoras de derechos humanos y activistas de todo el mundo se activaron. También los medios de prensa. Entre todos ellos, entre el Comité para la Protección de los Periodistas, la Comisión Interamericana por los Derechos Humanos, Reporteros sin Fronteras, la Alianza Iberoamericana Europea contra el comunismo y Amnistía Internacional, no solo dijeron estar a favor de los cubanos, sino que además exhortaron a todos los países del área a concederles asilo político a los dos cubanos desterrados.

Horas después, cuando se gestionaba desde las redes que algún país, accediera a concederles asilo político, dos funcionarios del gobierno salvadoreño tuvieron un contacto con los activistas cubanos en el Aeropuerto.

El presidente salvadoreño Nayib Bukele había dado órdenes para que ambos cubanos recibieran todo el apoyo necesario, según confirmó a los medios reunidos frente a la terminal aérea, Apolonio Tobar, procurador de Derechos Humanos de El Salvador; uno de los funcionarios que se entrevistó con los cubanos.

El otro funcionario fue el director de Migración del país centroamericano, Ricardo Cucalón.

Ambos funcionarios, luego de la entrevista con Esteban y Héctor aprobaron su entrada al país. Tobar declaró se comprometió ante los medios que el caso de ambos será estudiado por el gobierno para su regularización, mediante alguna protección de Estado o asilo y dijo que ambos periodistas cubanos van a estar alojados en un hotel por costos del gobierno.

La solidaridad de los periodistas fue clave en la entrada a El Salvador de los cubanos.

Si bien el presidente de la Asociación de Periodistas de El Salvador, César Fagoaga, lamentó que no le permitieran ingresar a la instalación para entregar alimentos y ayuda a los activistas y periodistas independientes de la isla, horas después celebró la llegada de los funcionarios del gobierno de El Salvador para atender a sus colegas desterrados desde Cuba.

«Están varados en el aeropuerto salvadoreño desde ayer”, explicó Fagoaga en Twitter.

Horas después, tras la salida de Esteban Rodríguez y Hector Valdés Cocho del aeropuerto, anunciaban que ellos ayudarían a recaudar fondos para reporteros cubanos desterrados por el régimen.

Para ello, pusieron a disposición de ambos su cuenta bancaria.

“La asociación de periodistas de El Salvador ha puesto su cuenta bancaria a disposición para ayudar a colegas. Estos son sus datos: Asociación de Periodistas de El Salvador N°000-003-74-000195-6, Banco Cuscatlán. Código Swift: BCSASVSS. Ayudemos a Héctor Luis Valdés Cocho y a Esteban Rodríguez”, informó el activista cubano y pareja de Héctor Luis Valdés Cocho, Raúl Soublett, en su perfil de Facebook.

Gobierno de Estados Unidos condena el destierro de los periodistas independientes

Ayer miércoles, el gobierno de Estados Unidos condenó el destierro de los periodistas independientes cubanos Héctor Luis Valdés Cocho y Esteban Rodríguez.

“Nos preocupa que el régimen de Cuba haya obligado al destierro a los periodistas de ADN Cuba Esteban Rodríguez y Héctor Valdés, que ahora están obligados estar fuera del país”, se puede leer en un mensaje dejado en Twitter por la Embajada de Estados Unidos en Cuba.

Luego, en otro mensaje, indicaron que el destierro de ambos reporteros “es otro método de acoso a los periodistas, de reprimir a los que difieren pacíficamente”.

“Nunca debieron haber sido reprimidos y no debieron haber sido obligados a estar fuera de Cuba”, aseguraron también.

Igualmente dijeron que este acto es muestra del “desprecio por la Declaración Universal de los Derechos Humanos” por parte del régimen cubano.

Sobre todo lo sucedido dijo ayer, en su perfil de Facebook, Héctor Luis Valdés Cocho.

«Ayer 4 de enero del presente año, por no saber tolerar una opinión distinta y reconocer que todos y todas tenemos el derecho de expresarnos sin miedo a la represión, el régimen cubano nos obligó a tomar la decisión de abandonar nuestro país con destino a Nicaragua, un lugar dónde íbamos a estar por pocos días para ahí emprender la trayectoria que muchos cubanos están tomando huyendo del terror perpetuado por un sistema totalitario.»

«Aún Esteban tiene en sus pies las marcas que le dejaron las llamadas Shakiras (esposas). Todo ese tiempo en que las lágrimas no faltaron, ellos estaban ahí recordando que éramos expulsados y que jamás podríamos regresar», aseguró en su publicación.

Valdés Cocho dijo posteriormente a CiberCuba Noticias que su salida del país fue una condición no solo para la liberación de su amigo Esteban, sino también para cuidar de la salud de Rodríguez, quien padece de hipertensión, es asmático, y ha visto su salud deteriorarse en la cárcel, además de perder 40 kilogramos de peso.

Este es un detalle clave para entender lo sucedido. Solo cuando Héctor Valdés Cocho vio a Esteban Rodríguez entre la vida y la muerte, fue que accedió a su destierro.

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