La prohibición gubernamental de ejercer de manera privada el oficio de guía turístico fue ratificada por una carta oficial firmada por la Ministra de Trabajo y Seguridad Social, Marta Elena Feitó Cabrera, destinada a ciudadanos cubanos que reclaman desde hace un año la legalización de esta actividad en Cuba.
El documento, fechado el 28 de diciembre de 2021 y entregado a sus destinatarios varias semanas después, sentencia que las agencias de viajes y los operadores turísticos “están asociados a productos turísticos desarrollados y comercializados por entidades del sistema empresarial del turismo en Cuba y de acuerdo con la política del Ministerio de Turismo, no se permiten comercializarse por personas naturales, ni autorizarse a ejercer con las micro, pequeñas y medianas empresas privadas, las cooperativas no agropecuarias y los trabajadores por cuenta propia”.
Desde que en febrero de 2021 el referido ministerio publicara una vasta lista de 124 actividades vetadas para el “sector no estatal” —como se les conoce oficialmente a los cubanos adscritos a iniciativas empresariales privadas—, entre las que se hallan los turoperadores y las agencias de viaje, se han generado debates y cuestionamientos a la política estatal a este respecto entre los cubanos del sector.
Semanas después de difundida esta relación, numeras personas han enviado cartas a las entidades pertinentes, y lanzado peticiones digitales que acumulan miles de firmas.
Esta reacción y movilización de esta parte de la sociedad civil cubana recibió en mayo del propio 2020, con una celeridad inusitada para los ritmos de las instituciones oficiales de la Isla, una primera respuesta del Ministerio encabezado por Feitó Cabrera, que argumentaba tibiamente que “con la nueva Estrategia Económico-Social para el impulso de la economía del país en aras de fomentar el desarrollo local y el encadenamiento productivo entre el sector estatal y las formas de gestión no estatales, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, de conjunto con el Ministerio de Turismo, analizan y evalúan la pertinencia o no del ejercicio de estas actividades y otras relacionadas con el sector del turismo”.
Incluso, la Gaceta Oficial del 7 de junio de 2021, publica la Resolución 132/21 del Ministerio de Turismo (Mintur), con un nuevo reglamento para el funcionamiento de “agencias de viajes nacionales”, que reconoce a personas naturales cubanas y a trabajadores por cuenta propia (otro eufemismo para el sector comercial privado) como posibles “prestadores de servicios turísticos” que pueden ofertar “la venta de estos en composición de grupos, programas, circuitos, excursiones u otras modalidades turísticas” a través de dichas agencias de viajes nacionales. No se especifica ni quién puede crear estas agencias ni cómo funcionarían tales relaciones.
Pero en agosto de 2021, se ratifica la actividad de las agencias de viajes y los servicios de turoperadores entre las prohibiciones para los privados, a raíz de nuevas legislaciones al respecto.
Los reclamos insistentes de un numeroso grupo de guías turísticos privados llevan a una reunión de los ministerios de Turismo y de Trabajo y Seguridad Social con seis representantes de más de mil personas implicadas.
Entonces, evidentemente para ganar tiempo, como lo demuestra la presente ratificación del veto oficial, el MINTUR solicitó proyectos detallados por escrito para poder “conocer a fondo hasta dónde se pretende llegar para identificar las trabas que encontraría la actividad de los guías turísticos como TCP, poder legislar sobre la base de la solución a esas trabas y darle una participación amplia y no limitada”, según se reportó en el grupo de Facebook Guías Turísticos por su legalización como TCP, al cual están suscritos los representantes y sus numerosos colegas representados.
El final inmediato de esta historia no es feliz para las aspiraciones de los cubanos a ejercer de manera privada gestiones turísticas.
La única razón pública de esta decisión, expresada por Feitó Cabrera en la televisión nacional fue que determinadas “personas inescrupulosas” se habían aprovechado de esta labor.
Tal argumento fue calificado de “inoperante de la medida y lo poco sustentable de cualquier razón que pretenda darse”, según Rioger Guilarte, promotor de la iniciativa ciudadana de Facebook.
“Botar el sofá era lo más fácil, pero lo menos idóneo: aquellos que fervientemente creen en la justicia social y el poder del soberano, no son fácilmente convencidos por una respuesta carente de sustento y redacción o el sutil engaño de dilatar el clímax para desalentar voluntades”, siguió aseverando Guilarte en su perfil de Facebook, contando con que la “disposición a encontrar soluciones viables de conjunto está.
Solo resta esperar que la voluntad del diálogo y el diálogo en sí, donde todos somos valiosos y dignos interlocutores, no se quede en horas estelares de programas de televisión y catarsis en redes sociales”.
