En un conmovedor relato difundido en Facebook por Ana Esegé, se cuenta la historia de una perrita abandonada en la calle luego de que su familia cubana vendiera su casa y se marchara del país. Esta triste situación se desarrolla en un barrio de Matanzas, específicamente en la zona del René Fraga, donde la perrita, de edad avanzada, se encuentra desorientada y hambrienta, deambulando en busca de su familia.
El post original de Ana Esegé describe con detalle la angustia de la perrita.
«La familia de esta perrita vendió la casa y se fue del país. Ella no sabe qué pasa. Está en la calle con hambre y ya es mayor. Ayúdame a compartir a ver si le encontramos hogar. Está asustada y algunos vecinos tratamos d alimentarla cuando está en ese portal. Pero deambula buscando a su familia».
Su mensaje ha suscitado una oleada de solidaridad entre los usuarios de la red social, quienes se han movilizado para encontrarle un nuevo hogar.
Los comentarios bajo el post reflejan la preocupación y el deseo de ayudar de la comunidad. Marianela Roque, conmovida, pidió información de contacto para facilitar la adopción:
«Ponga un # de tlf una dirección para q alguien tal vez. Se Interese 🙏 esto m parte el alma». A lo que Ana Esegé responde que la perrita se encuentra en la zona del René Fraga.
Norma M. Delgado expresó por su parte gran indignación ante el acto de abandono:
«Sin piedad diossss porque hacen esas cosas sin corazonnnn» y sugierió llevar a la perrita a una feria de adopciones que se realizará en el Parque La Normal en Cerro, con servicios gratuitos de vacunación antirrábica, vacunas parvovirus, corte de uñas, limpieza de oídos, y adopción de mascotas.
Rancel A. Soria Larrinaga también pide detalles sobre la ubicación de la perrita para facilitar su rescate:
«POR FAVOR PONGA LA DIRECCIÓN/LUGAR/LOCAL/ PROVINCIA donde se vio a la perrita», a lo que Ana Esegé responde con la misma información anterior.
Recientemente se conoció la trágica historia de Balto, un perro rescatado de las calles de Cuba que fue la mascota de un cubano durante 11 años.
El canino, que vivió una vida llena de amor en Cuba, lamentablemente falleció en circunstancias dolorosas, después que su dueño, quien había emigrado de la isla contactó a una agencia que a su vez responsabilizó a un ciudadano mexicano para que fuera a la isla y trajera el perro junto a su dueño.
Sin embargo, en un giro terrible del destino, el hombre abandonó al perro en el aeropuerto «Benito Juárez», de Ciudad México. Una supuesta animalista, trabajadora en la terminal de Delta Airlines se lo llevó para su casa, pero el animal, estresado y confundido se negó a comer durante días, según dijo ella posteriormente. Debido a eso, y en un acto más incomprensible aún, ella decidió «ponerlo a dormir».
La historia de Balto y la de este otra perrita abandonada en Matanzas es fiel reflejo del vínculo especial que las personas pueden tener con sus mascotas y viceversa; y de cómo estas se convierten en parte de la familia.
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