Una joven cubana, recién llegada a Estados Unidos, fue presa del susto de otra compatriota en Miami al salir de su casa para comprar algunos alimentos. Al pagar en el supermercado la cajera la recriminó porque no llevaba su identificación. » Me dijo más asustada que yo que no podía salir sin eso porque la situación estaba mala».
Otro cubano, de 30 años, que trabajaba en un supermercado tampoco escapa del miedo. Llegó a Cuba hace menos un año y le faltan dos semanas para aplicar a la Ley de Ajuste. «Estoy muy asustado y trato de salir poco. De alguna manera soy privilegiado porque me falta poco para regular mi estatus pero me vuelvo loco me detienen y me me deportan», dijo.
El gobierno de Donald Trump ha comenzado deportaciones a migrantes indocumentados que han sido enviados a sus países de origen. Esto ha provocado que millones de personas en Estados Unidos sin documentos hayan dejado de ir a trabajar o de enviar a sus hijos a las escuelas por temor a ser detenidos por las autoridades migratorias.
Diversos testimonios en redes sociales también dan cuenta de choferes de Uber que, presuntamente sin documentos, han dejado de trabajar por este difícil contexto migratorio, que incluso ha llevado a que el gobierno estadounidense reactive la Base Naval de Guantánamo, donde ya se encuentran decenas migrantes que de acuerdo a las autoridades de EE.UU. pertenecen a bandas criminales.
Trump había ordenado ampliar la capacidad de detención en la base naval de Guantánamo para albergar a más de 30.000 personas y el Pentágono ha desplegado ya más de 150 militares para esa tarea, de acuerdo al diario español La Vanguardia.
El presidente estadounidense ha dicho que a la Base llevaría «lo peor de lo peor» pero hasta el momento no hay claridad de cuántos migrantes y de qué países serán traslados a esta instalación militar en Cuba.
No se descarta que incluso los migrantes cubanos irregulares, que sean detenidos en E.E.UU, puedan ser enviados a Guantánamo, ni se conoce tampoco si el gobierno cubano aceptará los vuelos de migrantes. Lo único cierto es que el miedo ha llegado también a la comunidad migrante cubana en Estados Unidos, donde pueden ser deportados miles de cubanos con Parole o en alguna situación migratoria irregular.
