La gira de Miguel Díaz-Canel y Salvador Valdés Mesa por Ciego de Ávila y Villa Clara, respectivamente, ha generado un contraste notable entre lo que describen los medios oficialistas y la realidad crítica que enfrentan los cubanos en cuanto a la escasez de alimentos y azúcar.
Mientras los medios gubernamentales destacan frases optimistas y promesas de superación, la prensa independiente y hasta local, evidencia un panorama sombrío, donde las promesas de «soberanía alimentaria» y recuperación económica no se alinean con las dificultades que vive la población.
Optimismo oficial y la «soberanía alimentaria»
Díaz-Canel, durante su visita a Ciego de Ávila, no escatimó en declaraciones llenas de optimismo, señalando que la clave para superar los problemas alimentarios de la provincia es “transformar el pensamiento y hacerlo rápido”.
En un lenguaje que parece sacado de un manual de autoayuda, el mandatario hizo caso omiso a los planteamientos negativos de las autoridades locales sobre la producción agrícola, la leche y la carne, y afirmó que la comida para los avileños «está en los campos», como reseña 14ymedio.
Para el designado a dedo, Ciego de Ávila es la provincia que podría demostrar que Cuba puede alcanzar la soberanía alimentaria en poco tiempo.
Sin embargo, las cifras y la realidad en terreno que muestra, por ejemplo, el diario provincial Invasor, aunque no exento de optimismo en su palabrería y juerga oficialista, cuentan una historia diferente. Una de las empresas agropecuarias clave de la provincia, La Cuba, ha acumulado pérdidas significativas. En 2022, cerró con un déficit de 70 millones de pesos, y aunque en 2023 logró una utilidad de 7,4 millones, estos resultados son considerados insuficientes.
Además, la producción agrícola continúa sin satisfacer la demanda de la población. Cultivos esenciales como el plátano, la yuca y la malanga están por debajo de las expectativas, y los indicadores de producción de leche y carne siguen en números rojos.
Discrepancias en la narrativa oficialista y la crítica
Mientras los medios oficialistas como Cubadebate prefieren enfocarse en los «logros palpables» en la militancia y en aspectos de producción agrícola, la realidad es que las soluciones prometidas parecen más ilusorias que concretas.
Por ejemplo, la producción de azúcar, un sector clave en la economía cubana, sigue enfrentando grandes desafíos. La zafra de Ciego de Ávila marcha al 23% de lo planificado, lo cual es catalogado como «una situación amarga» por las autoridades locales.
Por otro lado, la prensa independiente, como 14ymedio, resalta las incongruencias entre el discurso oficial y la situación crítica en la que se encuentra la provincia.
Durante su visita, reseña el medio pionero en el periodismo independiente cubano, Díaz-Canel instó a desterrar la “filosofía de la queja” y a centrarse en lo positivo, pero los dirigentes locales, como Julio Heriberto Gómez Casanova, secretario del Partido en la provincia, advirtieron sobre los incumplimientos en los cultivos rústicos y la insuficiencia de los planes para alimentar a la población.
La producción azucarera: promesas y realidad
La producción de azúcar, uno de los sectores más importantes de la economía cubana, también fue abordada durante la gira de Díaz-Canel y Valdés Mesa. En sus discursos, ambos líderes enfatizaron la necesidad de rescatar la siembra de caña y asegurar una mayor producción de alimentos en las entidades de los centrales azucareros del país.
Sin embargo, la situación en este sector sigue siendo crítica. Valdés Mesa reconoció que la siembra de caña ha caído notablemente y que, a pesar de algunas mejoras en ciertas cooperativas, muchas unidades básicas de producción no logran resultados satisfactorios.
En provincias como Villa Clara, donde Valdés Mesa también estuvo presente, se destacó que es inconcebible que cooperativas con tierras fértiles no puedan garantizar alimentos para sus trabajadores, mucho menos para la población en general.
La falta de recursos y la carencia de inversión adecuada han paralizado gran parte de la producción, y aunque se anuncian mejoras en la producción de meladura y otros derivados del azúcar, estos logros son minúsculos en comparación con las necesidades reales de la población.
Llama la atención aquí la frase utilizada por el principal vocero ideológico de la prensa cubana que destacó como Valdés Mesa hizo «un llamado a rescatar….» ¿A rescatar qué? ¿Con qué? No hay recursos, la gente se está yendo en masa del país, y de los que quedan, el 24,4% son mayores de 60 años.
Las críticas desde dentro y fuera
Mientras tanto, medios como El Vigía de Cuba no han dudado en ridiculizar la retórica oficialista, acusando al gobierno de Díaz-Canel de presentar soluciones vacías y de desviar la atención de los problemas reales. El medio independiente criticó el discurso de los líderes cubanos por enfocarse en la “eficiencia” y “actitud” cuando la población enfrenta apagones diarios de hasta 20 horas y debe cocinar con leña debido a la falta de gas.
Las críticas señalan que las visitas presidenciales a estas provincias no parecen tener el objetivo de resolver los problemas, sino de “dar un retrato optimista de la situación”, mientras el pueblo cubano continúa sufriendo las consecuencias de una crisis económica agravada.
¿Y el futuro?
A pesar de los discursos optimistas de Díaz-Canel y Valdés Mesa, la realidad es que las soluciones propuestas están lejos de resolver la grave crisis alimentaria que atraviesa Cuba.
El rescate de la industria azucarera, clave para la economía del país, sigue siendo un reto titánico, y las promesas de soberanía alimentaria parecen cada vez más alejadas de la realidad. Las cooperativas y empresas estatales siguen operando con escasos recursos, y la producción sigue siendo insuficiente para cubrir las necesidades básicas de la población.
Con un panorama donde ni siquiera los alimentos básicos están garantizados y la producción de azúcar sigue en declive, la retórica oficialista de “trabajo eficiente” y “actitud” no parece suficiente para paliar la profunda crisis que enfrenta Cuba.
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