El precio del tomate en Cuba hoy podría ser “el más caro del mundo”, según reflexionó en días recientes el crítico Frank Padrón, al parafrasear el título del documental ‘El desayuno más caro del mundo’ (1988), de Gerardo Chijona.
De acuerdo con el también filólogo, presentador televisivo y escritor, “la vitamínica, deliciosa y roja planta del género Solamum supera aquí en La Habana todos los precios”, lo que evidencia cómo se dificulta el acceso de la mayoría de los cubanos a la comida.
Según contó Padrón asombrado, un amigo le trajo de regalo, “como verdadera piedra preciosa”, un tomate que le costó 385 pesos.
Pese a que agradeció el gesto a su amigo, Padrón le llamó la atención por la suma que “había abonado a un carretillero por ese único ejemplar”.
Padrón precisó que por donde vive en la capital la libra cuesta 900 pesos, “de modo que la unidad que compró equivale casi a la mitad de esa medida”.
“Imaginen llevar solo par de libras para una familia ni siquiera numerosa (1.800 pesos serían apenas cuatro tomates medianos como ese)”, subrayó.
Padrón admitió además que no se atrevía “ni a hacerlo rodajas para la ensalada”. “Me dan ganas de ‘embalsamarlo’ y conservarlo como adorno o donarlo a un museo como ‘instalación’. La próxima Bienal sería un buen marco”, acotó.
No obstante, en otros lugares la libra de tomate en un país “agrícola” puede incluso llegar a costar 1.000 pesos o más.
“¿Pero cómo que dos tomates, que son más o menos una libra, puede costar la mitad de un salario promedio?”; “Rodajas nos hacen a nosotros”; “No lo compro, si de todas maneras hay otras cosas que son más necesarias y no las tenemos”, opinaron escandalizados algunos internautas.
@chupetindecuba A $1k la libra 😂😂#chupetindecuba #latinas ♬ sonido original – Chupetindecuba
“Qué horror. ¿Qué jubilado puede comer tomates?”; “Si yo que trabajo no lo puedo comprar, ¿te imaginas los jubilados?”; “Ni jubilados, ni nadie que quiera vivir de su salario honradamente. Por eso hay tantos inventos”; y “Por mí, que se pudran. Es una falta de respeto”, fueron otros de los comentarios que dejaron.
Lo cierto es que Cuba atraviesa una profunda crisis, marcada por la escasez de alimentos, medicamentos y combustibles, así como por apagones constantes.
Todo esto, en medio de una inflación disparada, la depreciación de la moneda, una fuerte caída de la producción agrícola y una mayor desigualdad social.