Una estancia en Cuba de dos meses significa siete mil dólares.
Al menos eso pagó Samuel Martínez entre el 15 de octubre y el 15 de diciembre. Samuel, cubano residente en Miami cuenta cómo fue que pudo gastar en Cuba más dinero que si estuviera en Miami.
Sí, porque si tenemos en cuenta que una persona en Miami puede gastar mil dólares en la renta, por un mes, y otros 600 o 700, entre comida, agua, electricidad, teléfono y gasolina, siete mil dólares de gastos en un mes se antoja demasiado.
¿Por qué siete mil dólares?
Él mismo lo explica.
Viajó a Cuba a mediados de octubre por una situación personal. No había vuelos directos para esa fecha por lo que tuvo que pagarse un paquete de aislamiento de cinco días en un hotel.
«Fue muy triste, lo único que tenía para «divertirme» era el televisor. No se podía salir a ninguna parte,» dice sobre su estancia en un hotel que no recuerda ni el nombre. Así de traumático fue.
«Imagínate, no sé si fue mala suerte, pero en los canales, esos días, era Fidel, Chávez y Evo Morales. Por suerte encontré un canal que tenía pelea de UFC, creo, y me puse a ver la piñacera. Yo que ni siquiera veo el boxeo. Así estaba de aburrido todo.»
«Fueron siete mil dólares porque ahí te incluyo el precio del pasaje y el paquete.
«Yo fui en la época en que todavía se pagaba la estancia en un hotel de aislamiento que costaba, que cuesta dos, trescientos y pico. ¿Dónde? No me acuerdo. Solo sé que no me dejaron salir de la habitación durante esos cinco días. Cinco días, ¿eh?
«El pasaje, ida y vuelta por un tercer país me costó dos mil dólares. El resto del dinero, la diferencia de los siete mil dólares me los gasté en Cuba.
«Imagínate que llegas a Cuba y entonces no hay nada; absolutamente nada. Tienes que pagar. Tienes que empezar a vender dólares, por la izquierda. Depende de la ciudad. En Santa Clara se venden a 68 y 70 CUP. En Santi, Spiritus, igual. A 65 CUP en el campo. A 60 CUP.
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«Con ese dinero, con los dólares que tú vendes, tienes que comprar. Por ejemplo, una pata de ajo, de ajos chiquiticos y algunos medio secos, cuesta mil doscientos pesos. La carne de puerco la tienes que comprar por listas de Whatsapp, y eso es a suerte y verdad, porque, por ejemplo, un puerco que tú lo pagas a ciento ochenta pesos la libra, te pueden traer una jutía; o sea, un puerco muy pequeño y que realmente no vale la pena. Pero bueno, lo compraste y lo tienes que asumir, ¿no?
«No hay pan, por ejemplo. En Sancti Spíritus no hay pan. En Morón que está al lado sí. Te lo venden en la calle. Es diferente. Las provincias son diferentes, pero por lo general no hay pan en la calle. Tampoco hay huevo. Lo compras con suerte, a sobreprecio, o en el campo.
«La papa no existe. Sancti Spíritus es una provincia que ya ni siquiera es provincia. Es una imitación de provincia, porque no tiene nada que ver con Villa Clara, no tiene nada que ver con Ciego de Ávila.
«Por ejemplo, en Santi Spíritus, comprar carne es tratar de buscar a una persona que te la venda y de confianza. ¿Carne de res? Olvídate. Eso es imposible. Tiene que ser un doble milagro. El simple milagro es que te vendan carne de res, que sí, existe la posibilidad ahora, pero a ciento y pico de pesos la libra. Vale incluso ya menos que la carne de puerco.
«La res en este momento es el pollo de Cuba; y el pollo, es el cerdo; y el cerdo es la langosta; y la langosta, en este momento de Cuba, es una carne de las estrellas, intergaláctica porque es la carne del que tiene éxito.
«Si tú eres capaz de conseguir un puerco, eres un iluminado porque realmente la carne de cerdo no existe. Si eres un tipo afortunado que tiene contactos que puede, que logra comprar un pernil o un medio puerco o lo que sea, eres un iluminado. ¿Carne de res? Eres muy dichoso. El pollo, si se vende por el mercado. La carne de conejo, eso también es intergaláctico.»
pd: Según investigaciones para esta nota, en Sancti Spíritus la carne de cerdo está en 200 pesos la libra. La de res, en 350.
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