Cubano inventa un ventilador de agua para resistir el calor de los apagones

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Un ventilador casero, movido por fuerza de agua y ajustado a la pared fue diseñado por un cubano. La pieza no requiere de corriente eléctrica por lo cual se ha vuelto viral en redes sociales como una ingeniosa alternativa frente al calor que dejan los molestos apagones.

Abel Garlobo, residente en La Habana, se presentó a través de un video como el autor del ya muy popular ventilador y su hija Rosaly se dio a la tarea de compartirlo en Facebook, donde inmediatamente se volvió viral. 

“Ya que nos están quitando la corriente a cada rato, entonces ya cuando se va la corriente pongo mi ventilador aspersor de agua y así puedo vivir un poco tranquilo”, aseguró el inventor.

Según su explicación técnica el ventilador funciona gracias a la presión de agua y para ello utiliza un pomo plástico ajustado a un tanque de agua que se ve necesita estar completamente lleno. 

En la publicación de Rosaly Garlobo muchas personas lo llamaron genio mientras veían las imágenes del aparato y todo su mecanismo instalado con tuberías y pequeños accesorios. No obstante, tratándose de Cuba, algunos usuarios preguntaron cuál sería la solución de Abel Garlobo cuando le quitaran el agua. 

El cubano no ofreció otras explicaciones acerca de cómo el agua lograba mover las poleas, ni de cómo haría para abastecerse del preciado líquido que también suele faltar por estos días en muchos hogares cubanos, simplemente se limitó a motivar a los internautas que disfrutaran de su gran ocurrencia ingenieril. “Mírenlo bien, miren para acá cómo trabaja, reiteró cuando el ventilador alcanzó una buena velocidad. 

Pero el de Abel Garlobo no ha sido el primero de los ventiladores generados por la capacidad de los cubanos de crecerse ante las dificultades. Otros ejemplos, basados en distintos mecanismos han aparecido en las redes durante los últimos meses, cuando la situación electroenergética en el país se ha vuelto cada vez más insostenible. 

Asimismo, en el mercado informal crecen las ofertas de ventiladores movidos a base de baterías recargables, cuyo precio supera los miles de pesos y aun así resultan muy demandados por la población, sobre todo para los padres de niños pequeños. 

Una situación similar les tocó vivir a los habitantes de la Isla en la década del noventa, sin embargo, algunos de los que en aquel momento se vieron en la desesperación de aliviar el calor de sus hijos a fuerza de abanicos y trozos de cartón, aseguran que los de ahora se muestran incluso peores. 

“Yo les echaba fresco a mis dos hijos, primero a uno y luego al otro. A veces a los dos al mismo tiempo con un pedazo de cartón en cada mano. Ahora también lo hago con mi nieta. Pero los de ahora ya no son apagones, sino alumbrones. Ya pasamos mucho más tiempo sin corriente que con ella”, cuenta una señora del interior del país. 

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