En una isla, que hasta hace muy poco era uno de los principales exportadores mundiales de azúcar, no hay azúcar… ¡ni agua destilada! para elaborar la medicina tradicional
Cuba enfrenta una severa escasez de insumos básicos como agua destilada y azúcar, lo que ha restringido significativamente el acceso a la medicina natural y tradicional, una alternativa crucial ante la falta de medicamentos convencionales en la isla. Una situación que se agrava por la ineficacia de las 22 medidas implementadas en mayo para fortalecer el sector, que según la Comisión de Salud y Deporte del Parlamento cubano, no han surtido el efecto esperado.
La situación hasta parecería sacada de un libro de ciencia ficción. Que en una isla como Cuba, que tradicionalmente fue conocida como uno de los diez principales países exportadores de azúcar hasta hace apenas unas cuatro décadas, no haya azúcar…
¡Peor aún! ¡Que no haya agua destilada en una isla, precisamente rodeada de agua! Ya que no haya peces es duro de asimilar, pero imagínense que ni siquiera se pueda destilar el agua que tiene por los cuatro puntos cardinales.
Sin embargo, es tal cual. El déficit de materias primas farmacéuticas, incluyendo frascos y alcohol, ha provocado que en al menos cinco provincias cubanas se reporte una baja disponibilidad de productos naturales en farmacias.
Los problemas no se limitan solo a la escasez de recursos, sino también a las dificultades en la distribución de productos naturales a zonas remotas y a la precariedad estructural de los dispensarios farmacéuticos.
Por si fuera poco, existe además preocupación por los bajos precios de estos productos, lo que afecta la sostenibilidad financiera de las empresas involucradas, planteando la posibilidad de un futuro aumento de precios; un hecho que sin dudas repercutiría aún más en los empobrecidos bolsillos de la población cubana, que con desesperanza inaudita enfrenta cada día una inflación galopante y un proceso de «ordenamiento» que no ha tenido los resultados esperados.
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La crisis se extiende al personal médico, ya que hay una notable falta de profesionales. Esto refleja el éxodo masivo de más de 12 mil profesionales de la salud en un año, exacerbando la ya crítica situación del sector.
Y no solo son aquellos capacitados para aplicar procedimientos naturales, sino también a los que recetan la medicina tradicional.
En un país donde escasea esta última, es notoria la gran cantidad de galenos que desconocen qué terapias «naturales» se pueden aplicar, entre los pocos que van quedando en Cuba.
