La desigualdad es cada vez más acentuada en lo que pretendió ser -y aún es vendido como- un “paraíso de la igualdad”: sí, hablamos de Cuba…
Esto ya dejó de ser una mera percepción de quienes a diario luchan por el sustento y lidian con la precariedad cotidiana, y está sustentado por estadísticas, con todo y la fobia del gobierno a la transparencia de datos que dejen en evidencia su narrativa.
Días atrás, el prestigioso economista estadounidense Steve Hanke ubicó a Cuba en el noveno puesto de su Índice Anual de Miseria 2022, liderado por Zimbabue, Venezuela y Siria, y ahora un experto doméstico, Pedro Monreal, pone el dedo en la llaga de la pobreza en la isla.
De entrada, Monreal advierte que los datos oficiales más recientes sobre pobreza y desigualdad en Cuba datan de finales del siglo pasado, lo cual no es poca cosa, teniendo en cuenta que ya han transcurrido 23 años desde la llegada del 2000.
«La última medición de desigualdad oficial publicada en Cuba data de 1999, con un índice de Gini de 0,407 (había sido de 0,22 en 1986). Es decir, hace 24 años que el gobierno cubano no hace público un indicador de desigualdad, a pesar de que es obvio que esta ha aumentado», escribió Monreal en un largo hilo de Twitter.
El especialista abordó su visión sobre el más reciente informe «Panorama Social de América Latina. Resumen Ejecutivo» de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) de las Naciones Unidas, en el cual Cuba es apenas mencionada dos veces, justamente por el hermetismo informativo del régimen.
“Para 2022 se ha estimado en América Latina una tasa de pobreza de 32,1% y una tasa de pobreza extrema de 13,1%, superiores a las anteriores a la pandemia. Cuba no informó datos”, señaló Monreal.
El experto considera que el desfasaje estadístico “desentona con la supuesta prioridad política” que le concede el gobierno de Cuba al tema de la pobreza y la desigualdad.
“La posibilidad de sostener un debate políticamente efectivo sobre pobreza y desigualdad en Cuba y sus temas afines como la polarización social, es directamente proporcional a la calidad de los datos disponibles públicamente. No es una cuestión técnica”, insistió Monreal.
A su vez, el experto señaló que la discusión pública sobre pobreza y desigualdad es muy limitada en Cuba, donde se impone una mayor participación de la ciudadanía, más allá de los análisis de grupos puntuales de economistas.
“¿Es racional aceptar la conjeturada prioridad del combate a la pobreza y la desigualdad en Cuba si oficialmente no se identifican los niveles numéricos de pobreza, de desigualdad y de polarización que serían ‘admisibles’ como metas de política económica en el mediano plazo?”, cuestionó Monreal.
El propio Monreal detalló en septiembre pasado que en 2021 el Gobierno redujo un 53 por ciento su gasto en asistencia social, a pesar de que los beneficiarios de esos programas aumentaron en un 111 por ciento, lo cual interpretó como un incremento de la “pobreza crónica” en la isla.
